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La estratificación mundial y globalización: los pobres de la tierra

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Introducción
  • La condición desesperada de casi la mitad de la población del mundo.
  • Las fábricas del sudor: salarios inferiores a un dólar al día y jornadas de 10 y 12 horas. Conseguir un trabajo en estas fábricas es un paso adelante para cientos de millones de personas en el mundo. 2.000 millones de personas sueñan con que sus hijos consigan un trabajo en ellas. Cuando los organismos internacionales cierran alguna, empeora la vida de sus antiguos trabajadores.
El nuevo índice de paridad de poder adquisitivo (ppa) consiste en estimar los bienes que se pueden comprar con un dólar al día en USA, para luego aproximar el coste de esos mismos bienes en la moneda real de cada país. Según este índice:
  • Cerca de 1.300 de personas viven a diario en el mundo con menos de lo que se puede comprar con un dólar en USA, el 20 por ciento de la población mundial
  • Casi un 30 por 100 más de la población vive con menos de dos dólares al día.
Las desigualdades extremas en la distribución de la provisión de alimentos en el mundo hace que unos 2.000 millones de personas no tengan suficiente comida y que cientos de miles se mueran de hambre.

El sida. En los países ricos los afectados tienen una esperanza de vida razonable con un tratamiento médico. Los países pobres no pueden costear los tratamientos. En los próximos 10 años algunos países africanos perderán entre el 30 y el 40 por 100 de su población debido al sida. Y en otros, la esperanza de vida se reducirá de los 70 a los 30 años.

En muchos países, los datos sobre la pobreza y la desigualdad están empeorando según avanza la globalización. Sin embargo, otros países de renta baja están mejorando sus condiciones de vida en comparación con otros países donde estas condiciones van a peor:
  • En el este de Asia y sur del Pacífico, en China, Tailandia, Vietnam, Malasia, Indonesia y Corea del sur, ha disminuido desde 1987 el índice de pobreza y disminuirá más del 60 por 100 en los próximos años.
  • En otros países de este mismo área, como Laos, Birmania y Camboya, se siguen teniendo niveles altos de pobreza
  • En la India apenas se ha mejorado pero se espera que las condiciones mejoren en los próximos años
  • En Latinoamérica apenas ha mejorado la tasa de pobreza y no se espera que en los próximos años mejor. Lo mismo sucede en el Africa Subsahariana, donde empeorará la pobreza.
Comparando el PIB per capita es posible hacerse una idea del nivel de vida general de los países del mundo. El país más pobre del mundo según este índice es Sierra Leona, con un PIB en 1999 de 460 $, que equivalen a lo que puede comprar una persona en USA durante un año con ese dinero, no a lo que se puede comprar en Sierra Leona. El PIB también supone que toda la riqueza anual de un país se divide proporcionalmente entre todos sus habitantes.

Las diferencias entre las tasas de pobreza extrema no sólo guardan relación con las tasas de crecimiento económico.
  • Los países del este y sur de Asia tienen un crecimiento económico uniforme, frente al no uniforme de Latinoamérica y el crecimiento inexistente del Africa Subsahariana.
  • Los países del este y sur de Asia han tenido menor desigualdad de renta en los años 90 que los países africanos y latinoamericanos. Así, Brasil tiene la mayor desigualdad de renta de Latinoamérica, sólo superado por Sierra Leona, el país más pobre del mundo.
La mayoría de los habitantes de los países menos desarrollados viven en zonas agrícolas y dependen de la tierra para sobrevivir. La distribución de la tierra es una condición importante. Las naciones latinoamericanas superan a las asiáticas en cuanto a desigualdad en la propiedad de la tierra.
  • la tasa de pobreza urbana de Brasil es de un 13 por 100 frente al 32 por 100 de las zonas rurales.
  • En los países del sudeste asiático la diferencia es menor. Tailandia presenta las menores diferencias.
Esto significa que Latinoamérica y Africa tienen un mayor porcentaje de campesinos sin tierra y su subsistencia depende de los terratenientes.

El informe anual del Banco Mundial para los años 2000/2001 incluyen el cálculo de la cantidad de reducción de la pobreza por cada punto de crecimiento económico anual. Estas cifras son clave para comparar el desarrollo uniforme con el no uniforme. Así, si el crecimiento económico no genera una reducción de la pobreza, se interpreta que una parte de la población vive mejor porque ha crecido la economía, mientras que otros habitantes del país no han visto mejoradas sus condiciones de vida o incluso estas han empeorado.
  • Los países asiáticos han crecido económicamente en estos dos años y su nivel de pobreza se ha reducido. Pero no en todos los países se cumple la ecuación que preconizan los organismos internacionales.
  • Los países latinoamericanos han crecido menos y sus índices de pobreza no han mejorado
  • El sudeste asiático ha crecido más que Latinoamérica, pero tampoco ha reducido su pobreza
  • Africa no ha crecido y su pobreza incluso se ha incrementado, augurándose más pobreza en el futuro.
El sistema mundial y el desarrollo económico en las naciones periféricas: porqué algunos países del mundo siguen siendo pobres.

Premisas:
  • Cómo el moderno sistema mundial o sistema de estratificación mundial afecta a los países del mundo
  • Porqué algunos países y sus habitantes se enriquecen mientas otros se empobrecen
  • Existe una dinámica entre las relaciones de poder y los recursos en los sistemas de estratificación global, de modo que algunos países no serán siempre pobres.
  • Porqué algunos países pueden reducir su pobreza mientras otros no.
  • Consecuencias negativas para el mundo entero del rápido crecimiento actual de la pobreza
Las naciones que no pertenecen al centro, las naciones periféricas y semiperiféricas, tienen hoy mayores dificultades para lograr su desarrollo económico. Las teorías de desarrollo económico fallan cuando se trata de naciones menos desarrolladas. No se cumple el modelo tradicional de paso de la sociedad agraria preindustrial a la industrialización. Causas:
  • menos recursos naturales
  • mayor población
  • clima empobrecido
  • más competencia
Barreras al desarrollo y reducción de la pobreza. Las naciones periféricas que reciben ayudas e inversiones por parte de naciones del centro tienen un menor crecimiento a largo plazo, aunque grande a corto plazo. Hay cuatro razones:
  • La distorsión estructural de la economía. Cuando una nación central interviene, por ejemplo, en la extracción de recursos naturales de un país periférico, los beneficios adicionales de la cadena de producción no los disfruta el país productor sino el periférico.
  • La perturbación de la agricultura. La explotación agrícola de las naciones centrales en países periféricos origina que los campesinos no sean dueños del proceso de explotación, se les expulse de las tierras y acaben recabando en las ciudades. Tampoco podrán comprar sus propios productos y los beneficios irán dentro del país a los terratenientes ricos y fuera, a las grandes corporaciones dueñas del proceso de producción
  • La lucha de clases interna. Las grandes corporaciones se vinculan a las élites políticas y económicas locales que intentan mantener el estatus quo de costes laborales bajos, escasa actividad sindical y pocos controles medioambientales para seguir beneficiándose de la instalación en el país de corporaciones extranjeras.
  • La ideología de los mercados libres. Impulsada por USA y el FMI que hace poco competitivos a los países en vías de desarrollo, frente a los países centrales que pueden subvencionar su producción. Los mercados abiertos no ayudan a los países pobres. Los países ricos distorsionan esos mercados con las subvenciones, subsidios a sus empresas que impiden sobrevivir a las pequeñas empresas de los países pobres. Estas fuerzas perjudiciales no existían cuando la mayoría de los países se estaban haciendo ricos. El sistema de estratificación mundial proporciona a las naciones centrales el poder para hacer cumplir las normas de la economía global que les ayudan a ellos mientras perjudican a las naciones periféricas.
Así, las naciones ricas quieren abrir otros mercados sin abrir el suyo. Compran recursos a bajo precio y venden sus manufacturas a países pobres. El comercio global ha aumentado en un 60 por 100 en los últimos diez años, pero ha disminuido en las naciones menos desarrolladas debido a las barreras comerciales levantadas por las naciones ricas para sus bienes.
  • USA tiene uno de los aranceles más altos para la importación de productos agrícolas
  • La UE también aplica esta política
Estos países protegen sus mercados a través de organismos internacionales como el FMI, el BM y la Organización Mundial del Comercio. Se calcula que las naciones ricas subvencionan anualmente sus industrias con unos 100.000 millones de $. Las naciones menos desarrolladas carecen de medios para hacer lo mismo y cuando se ven obligadas a abrir sus mercados a productos subvencionados no pueden competir.

Como conclusión, las fuerzas del mercado mundial empobrecen más a algunos pueblos de lo que estos se empobrecerían si ellas no intervinieran. Por tanto, muchas naciones periféricas se ven perjudicadas a largo plazo por las inversiones corporativas multinacionales exteriores.

Algunas evidencias del perjuicio de las corporaciones mundiales.

Las relaciones entre las inversiones multinacionales en países pobres y el crecimiento económico en estos países son complejas. La teoría predice que los países pobres tiene un menor crecimiento a largo plazo cuando establecen vínculos con multinacionales de las naciones ricas. Varios estudios han demostrado que las naciones periféricas que reciben una cuantiosa ayuda e inversión del centro tienen, de hecho, menos crecimiento económico a largo plazo. Estas naciones pobres suelen experimentar cierto crecimiento económico a corto plazo, pero con una perspectiva de cinco años vista o más, resultan perjudicadas por las ayudas recibidas. Sin embargo, los estudios son contradictorios. Algunos sostienen justo lo contrario, mientras que otros estudios cuestionan los efectos negativos de las inversiones multinacionales en naciones pobres como el aumento de la desigualdad de la renta y una disminución del nivel de vida.

El problema de la confusión podría estar en la metodología utilizada para las investigaciones. Las nuevas investigaciones que cuestionan los efectos negativos de las inversiones en países pobres utilizan datos de los años 80 y 90, mientras que las investigaciones originales utilizaban datos anteriores, de los años 60 y 70.

En los últimos años han aumentado las inversiones directas en las naciones en desarrollo en inversiones de alta tecnología, que generan un crecimiento más sostenible que las anteriores inversiones en baja tecnología. El fin de la guerra fría también ha contribuido a dirigir recursos a los países en desarrollo. Sin embargo, las investigaciones recientes sugieren que no hay relaciones estadísticas entre la inversión corporativa multinacional y un menor crecimiento económico, lo que no significa que todas las naciones pobres sean ayudadas de igual manera por la inversión exterior.

La metodología típica exige una muestra de entre 50 y 100 naciones menos desarrolladas. Se recopilan datos sobre variables independientes (grado de inversión corporativa exterior, cantidad de ayuda externa que recibe el país, deuda pendiente, flujos comerciales, etc.) y variables dependientes (PIB, desigualdad de renta, indicadores del nivel de vida, tasa de pobreza, esperanza de vida y de muerte, etc.) Sobre estos datos, se utilizan intervalos de entre cinco y diez años y después de hacen correlaciones estadísticas para descubrir las relaciones entre las variables. Este tipo de investigación es compleja y da lugar a controversias, pero la investigación sobre el moderno sistema mundial tiene una antigüedad de treinta años. Tres consideraciones:
  • Las investigaciones señalan que una inversión multinacional en un momento dado y una reducción del crecimiento económico diez años después, significa que muchas naciones experimentan un decrecimiento económico posterior, que existen una tendencia a que esto ocurra. Mientras que otras naciones, por el contrario, tienen un fuerte desarrollo después de las inversiones exteriores. Los autores de las investigaciones señalan que los países que experimentan esta segunda tendencia son casos marginales y coinciden ser países del sudeste asiático.
  • Las metodologías que se utilizan sobre el moderno sistema mundial siguen una tradición durkheimiana, lo que significa que hace especial hincapié en descubrir las tendencias que siguen las naciones mientras ignora detalles internos de las mismas. Frente a esta línea está la investigación histórico-comparada de Max Weber de naciones o grupos de naciones similares que ayuda a detectar diferencias entre ellas que influyen en su desarrollo económico. Esta línea investigadora va más allá de la comparación de datos estadísticos y se centra en descubrir detalles específicos de cada nación así como la influencia de su historia. Este es el análisis que Kerbo va a aplicar al estudio de las peculiaridades de los países del sudeste asiático.
  • Una novedad: hasta ahora ningún estudio ha tenido en cuenta que las inversiones multinacionales pueden tener distintos efectos en las distintas partes del mundo: Durante los 80 y 90 los países del este y sur de Asia tuvieron un rápido crecimiento económico, mientras que el de Latinoamérica fue incluso más lento que el de Africa. La inversión empresarial ha sido mayor en Asia que en otras naciones pobres desde los años 80 y por otro lado, las naciones con más capital humano, esto es, con mayor población formada, son más capaces de aprovechar las inversiones para crecer a largo plazo.
Efectos del sistema mundial en los sistemas de estratificación no céntricos

Cuatro factores son importantes en el sistema de estratificación general de una nación.
  • la existencia de una pequeña elite
  • el grado de falta de poder de la clase trabajadora
  • el tipo de sistema político
  • el grado de desigualdad de la renta
En las sociedades no centrales en el sistema mundial, todos estos factores están interrelacionados e influyen en otras condiciones como la falta de un desarrollo económico uniformemente distribuido, en la desigualdad de la propiedad, de la riqueza, de la salud y la asistencia sanitaria...

La desigualdad de la renta.

Según la descripción de Lenski, (1966, 1984) la desigualdad cambia cuando las sociedades pasan de agrarias a industriales. Una vez que se industrializan totalmente tiende a disminuir la desigualdad. Se reconoce por tanto la relación entre el desarrollo económico y la reducción del nivel de desigualdad, aunque estas investigaciones no hacen referencia a los países asiáticos, donde baja la desigualdad con niveles menores de desarrollo económico. Uno de los factores que producen menor desigualdad es la cambiante estructura ocupacional: con la industrialización se expande, se crean más ocupaciones en la zona media que requieren más cualificación y producen mayor variedad de recompensas económicas.

Sin embargo, esto no sucede en muchas naciones periféricas, donde los cuatro factores que hemos mencionado arriba lentifican o bloquean el desarrollo económico a largo plazo y prolongan la desigualdad de forma permanente: Las elites no están interesadas en cambiar el status quo que hace a sus países atractivos a la inversión extranjera: bajos salarios, baja actividad sindical, pocas trabas administrativas. Los trabajadores tienen escaso poder. El estado, que podría participar en la reducción de la desigualdad está dominado por las elites. El resultado típico es un nivel muy bajo de democracia.

Otro estudio, el de Chase-Dunn (1975), mantiene que unas inversiones extranjeras cuatiosas y una deuda externa abultada guardan relación con una marcada desigualdad de renta.

Los estudios de Rubinson y Jackman (1976, 1975) demostraron que en el transcurso del tiempo el mayor desarrollo económico estaba relacionado con una menor desigualdad de renta. Otros estudios han corroborado que el aumento de la inversión extranjera y la ayuda o dependencia de la deuda en una nación no central produce más desigualdad de renta.

La crítica a estos estudios sostiene que no se han tenido en cuenta en las investigaciones los procesos internos de clase que afectan a la desigualdad de la renta.

Así, Nielsen (1994) cree que para encontrar más información sobre como influye en la desigualdad la posición dentro del sistema mundial habría que tener en cuenta los efectos de los sistemas educativos, el crecimiento de la población y la estructura ocupacional de cada población.

Otra crítica sugiere que tampoco estos estudios tienen en cuenta las infuencias del sistema político. Así, cuando una pequeña elite domina el Estado, hay menos democracia y se deben esperar menos ayudas públicas para reducir la desigualdad de renta. Algunos estudios relacionan la falta de democracia con una mayor desigualdad de renta.

Los aspectos más importantes para la estratificación social y las divisiones de clase son:
  • la estructura de la propiedad (propiedad privada o pública de los medios de producción)
  • las estructuras de autoridad burocrática
  • la estructura ocupacional
Todas las estructuras que producen desigualdad de renta en las naciones no centrales están influidas por la posición que ocupa cada nación en el sistema de estratificación. Sobre esta base y el estudio de 50 naciones, Bornschier y Ballmer-Cao (1979) realizaron un estudio que examinaba por completo los factores que producían mayor desigualdad de renta en las naciones no centrales:
  • Una mayor inversión multinacional guardaba relación con una mayor desigualdad de renta
  • Una mayor separación entre las elites burocráticas y las masas también significaba mayor desigualdad. Cuanto más influía una multinacional en una nación, los recursos públicos se utilizaban en su beneficio, en vez de en el de la población.
  • Cuanto menos desarrollada está la estructura ocupacional, más desigualdad. Existía un menor número de expertos técnicos y una fuerza de trabajo industrial menor, carente de poder y controlada.
El dominio del centro también supone para la población otras condiciones negativas:
  • La influencia multinacional puede apoyar el racismo en naciones no centrales (Sudáfrica).
  • El comercio de productos prohibidos por insanos en los países centrales
  • La producción para la exportación mientras la población local sufre carencias.
  • Perjuicios para la salud y el medio ambiente de los países pobres
Resumiendo:

La desigualdad de poder e intercambio entre las naciones centrales y las periféricas, las centrales son las que se ven favorecidas. Los beneficios no se distribuyen equitativamente y son las clases trabajadoras de las naciones periféricas las más desfavorecidas. Todo el sistema tiende a que las elites corporativas centrales obtengan materias primas baratas, mercados para la exportación y mayores beneficios, lo que en conjunto refuerza la dominación del centro. Las masas de las naciones centrales también se ven beneficiadas por el abaratamiento de algunos productos y el auge del nivel de vida. Sin embargo, un efecto negativo es el traslado de la producción a las naciones periféricas con menores costes laborales. Otro aspecto negativo sería la reducción de salarios en las naciones centrales por el aumento de la competencia con los salarios bajos en las naciones pobres. El mantenimiento del sistema mundial también conlleva costes militares, asociados a mayores impuestos y pérdidas humanas.

El ascenso del este y sudeste asiáticos. Excepciones que confirman la regla.

Muchas naciones asiáticas han logrado evitar tener las características negativas descritas en el párrafo anterior. Pero son las excepciones que confirman la regla. En el este y sudeste asiático están instaladas la mayoría de grandes corporaciones multinacionales occidentales. Y el fuerte y pujante desarrollo económico es visible. Estas naciones experimentaron durante los años 90 las tasas de crecimiento más altas del mundo, iguales o superiores al 10 por 100 anual. Y a diferencia de Latinoamérica, apenas tuvieron desarrollo no uniforme, el que genera desigualdad y pobreza. El crecimiento económico ha implicado el aumento del número de empleos y el aumento de los salarios debido a la falta de mano de obra. Cosa que no ha ocurrido ni en Latinoamérica ni en Africa. También muestran menos desigualdad y se espera que en el futuro ésta se reduzca aún más. Mientras, en Latinoamérica la pobreza no se ha reducido en los últimos 20 años y se espera que aumente en Africa.

En julio de 1997 las naciones asiáticas comenzaron a acusar el impacto de lo que se denomino “la crisis económica asiática” y el crecimiento se lentificó en Corea del Sur, Tailandia, Taiwán, Indonesia y Malasia. Algunos de estos países, como Tailandia, vieron crecer la desigualdad a primeros de los 90 fruto del acelerón económico, pero la pobreza comenzó a disminuir. La desaceleración se produjo debido a la gran cantidad de capital que repentinamente recayó en unas elites burocráticas corruptas. Un mayor control por parte del Estado sobre las instituciones financieras corrigieron el rumbo y reimpulsaron las economías de estos países.

Si las altas inversiones y los estrechos lazos económicos con los países centrales producen desigualdad y pobreza en las naciones periféricas, estas previsiones no se cumplen en algunos países del sudeste asiático:

El caso de Taiwán. Se trataría de un “caso desviado”, debido a un Estado fuerte que se implica en la planificación económica y se interesa por el desarrollo económico interno en su conjunto, no en el beneficio exclusivo de unas elites. El estado taiwanés se ha preocupado del impacto de las multinacionales en su economía. El Partido Nacionalista Chino, escindido de la China continental, se benefició del apoyo de USA, que puso a Taiwán como ejemplo frente al comunismo. También son importantes la redistribución de la tierra, que convirtió a los agricultores en consumidores, y la infraestructura agrícola efectuada por los japoneses cuando la isla era una colonia. De ser un caso desviado, el caso taiwanés se ajusta al de otros países asiáticos, como Corea del Sur, que también tiene un Estado fuerte muy implicado en controlar la economía.

Por diferentes razones, Malasia, Hong Kong, Tailandia y China son excepciones que confirman la regla. Nos centraremos en el caso de Tailandia, ejemplo de lucha contra la pobreza entre las naciones en vías de desarrollo, según la ONU y el Banco Mundial.

Las explicaciones culturales de la pobreza. La teoría de la cultura de la pobreza está muy extendida en USA: los pobres lo son porque no trabajan lo suficiente. Desde estos mismos parámetros culturales se juzga también a las naciones menos desarrolladas.

Las explicaciones culturales de la pobreza han recobrado importancia en los últimos años, desde que en 1999 en la reunión de la Organización Mundial del Comercio en Seattle se produjeron protestas que culpaban directamente a los países ricos y sus corporaciones. El Banco Mundial ha empezado a organizar estudios y conferencias acerca de cómo afectan las barreras culturales al desarrollo económico. Es posible que algunos valores tradicionales afecten al desarrollo: la orientación al presente, la incapacidad para ahorrar y planificar el futuro... En el caso del sudeste asiático, una de las causas del auge económico serían los supuestos valores asiáticos. Sin embargo, algunos países que comparten estos valores no han logrado un desarrollo económico ni una reducción de la pobreza. Así, por ejemplo, mientras malayos e indonesios son mayoritariamente musulmanes, de los dos países Indonesia es quien ha logrado un mayor crecimiento en las últimas décadas. Birmania, Laos y Camboya figuran entre los países más pobres y no parece que vayan a abandonar ese estatus en los próximos años. Mientras que Vietnam, que hasta hace poco se situaba a la cola de los tres, acaba de iniciar su despegue económico. Y sin embargo, es un país con valores asiáticos, una mezcla de confucianismo y budismo que se suele relacionar con el auge económico.

Aspectos comunes de los países asiáticos

Pese a la imagen exterior, no todas las naciones asiáticas son iguales. Existe variedad y contraste cultural. Sin embargo, si hay algunas características identificables que han hecho que la inversión económica allí haya logrado un desarrollo económico considerable que por el contrario ha perjudicado a otros países en otras partes del mundo.
  • Civilizaciones antiguas. Sentimiento de identidad y orgullo nacional. Fuertes intereses nacionales comunes. El colonialismo no varió las fronteras, a diferencia de Latinoamérica o Africa, donde las naciones podemos decir que son jóvenes y donde solo quedaban vestigios de antiguas civilizaciones cuando llegaron los colonizadores. Las naciones asiáticas con mayor inestabilidad y menor desarrollo son aquellas donde no se cumple esta regla: Indonesia, Laos, Filipinas o Birmania. Aglutinan distintas civilizaciones, son fruto del movimiento de fronteras y sus procesos descolonizadores fueron difíciles.
  • Tradiciones de autoridad y responsabilidad de las elites. Conservan las viejas tradiciones de responsabilidad de las elites. Enfrentados a la tesitura de agradar a las corporaciones inversoras extranjeras a costa de los intereses de sus ciudadanos, los estados asiáticos prefieren preservar los derechos de sus ciudadanos. Se considera que el colonialismo perjudicó el sistema de derechos y deberes de la población indígena.
  • Un Estado fuerte. Capaz de realizar políticas que protejan los intereses nacionales asegurando el desarrollo económico a largo plazo. Las naciones de desarrollo tardío necesitan de una mayor intervención estatal e incluso de la propiedad pública de muchas industrias. Esto se aplica a las naciones que se han industrializado en la segunda mitad del siglo XX. Los cuatro tigres asiáticos han seguido este modelo: Taiwán, Corea del Sur, Hong Kong y Singapur. Japón tomó el liderazgo con una fuerte intervención estatal en su economía.
La clave de un Estado fuerte está en el liderazgo y una burocracia honesta, capaces de:
  • proporcionar una dirección económica coherente y a largo plazo
  • una organización racional que permita alcanzar las metas
  • poder de respaldar sus políticas económicas a largo plazo
Debe de ser un Estado capaz de resistir las presiones de las corporaciones extranjeras, de los grupos internos que buscan un beneficio rápido, de la corrupción.

Estas características se aplican a los estados del este y sudeste de Asia. No es el equivalente a una dictadura militar, aunque admite todo tipo de adscripciones políticas. Los organismos internacionales han tardado en admitir los efectos de un buen gobierno en la reducción de la pobreza, así como que gran parte del problema se debe a la unión de los Estados con las corporaciones extranjeras en muchos países.

Tailandia. Es un ejemplo clásico de cómo se ha conseguido un desarrollo sostenible y uniforme debido a que tanto la nación como el Estado han sido capaces de proteger su país del impacto negativo de las corporaciones extranjeras. Tailandia tiene el récord de desarrollo económico y reducción de la pobreza en las últimas décadas, a excepción de un breve periodo a raíz de la crisis asiática de 1997. Es el país del sudeste asiático que más ha reducido su pobreza por cada punto de incremento del PIB.
  • El porcentaje de población que vive con menos de lo que se puede comprar con 1$ al día en USA es el menor de los países en vías de desarrollo.
  • La pobreza se ha reducido de un 50 por 100 en los años 60 al 13 por 100 actual.
  • La pobreza urbana es de un 10 por 100 frente al 15 por 100 de las zonas rurales.
Tailandia ha elevado el nivel de vida de todos sus ciudadanos, incluido el de menor renta, y en un grado superior al de otros países.

Tailandia es historicamente una potencia regional desde mediados del s.XIX. Durante la segunda mitad del siglo consiguió mantener su independencia frente a las potencias colonizadoras y la monarquía se ocupó de modernizar la burocracia del país y convertirlo en un Estado nacional moderno. En 1932 un grupo de militares y civiles educados en occidente dieron un golpe de Estado al considerar que la monarquía obstaculizaba el avance del país. La Tailandia de esos años no se ajusta a la imagen de un país bananero. Los militares en el poder resultaron ser nacionalistas e incluso socialistas y los burócratas aplicaron mano dura en la implantación de las reformas económicas. En el siglo XX se han llevado a cabo dos políticas de desarrollo específicas:
  • A partir de 1932 los militares y los burócratas pusieron en marcha las primeras medidas de desarrollo económico que no se aplicarían plenamente hasta los años 50. El desarrollo no se llevó a cabo a expensas de los campesinos sino impulsado por ellos. El objetivo principal era el aumento del nivel del vida de la población.
  • También se sustituyeron las importaciones imponiendo fuertes aranceles a las empresas extranjeras. Se potenció la creación de empresas mixtas y sobre todo, se acentuaron las exportaciones, atrayendo la inversión extranjera en bienes manufacturados para la exportación. En los años 90 las exportaciones se centraron en la alta tecnología.
El logro del gobierno es proporcionar las infraestructuras a la inversión extranjera, mediante el transporte, una fuerza de trabajo preparada y una economía interna en continuo crecimiento, de modo que los inversores extranjeros quieran seguir permaneciendo en el país.

¿Pero han sido estas políticas específicas las que han sacado el país de la pobreza?

Los campesinos tailandeses partían de una ventaja que no se da en Latinoamérica o Africa: tradicionalmente son propietarios de la tierra que cultivan. Están organizados y la población rural supera a la urbana, de ahí su fuerza y la defensa que han podido hacer de sus intereses frente al gobierno. Según Kerbo, son el ejemplo de que la distribución de la tierra contribuye a reducir la pobreza. Así, las barriadas pobres de Bangkok tenían un nivel de vida mejor que el de otras barriadas de Latinoamérica o Africa. Parte de sus habitantes viven allí parte del año, vendiendo sus cosechas o trabajando en empleos de baja cualificación con los que complementan sus ingresos agrícolas. Estos campesinos mantienen su casa del campo, de ahí que con la crisis de 1997 el número de habitantes de las barriadas no aumentó sino que disminuyó: sus habitantes se volvieron a sus pueblos.

Resumiendo, la historia de Tailandia ha contribuido a dar al país una mayor oportunidad de un desarrollo económico uniforme que beneficia a todos sus ciudadanos. Cuando las colonias llegaron, Tailandia era un país fuerte que supo mantener su independencia, la tradición de distribución equitativa de la tierra y que además no permitió que las corporaciones extranjeras se aprovecharan de los recursos de país en su propio beneficio. La tradición de identidad nacional y la responsabilidad de las elites no permitió que estas vendieran barato el país. Esta sería la explicación cultural. Sin embargo, no es aplicable a los vecinos de Tailandia, Birmania, Laos y Camboya, que teniendo idénticas tradiciones son los países más pobres del mundo.
  • Birmania todavía no se ha recuperado del periodo colonial y no gozó de un plan de desarrollo postcolonial, como Malasia. Las guerras tribales continúan hoy día.
  • Laos y Camboya sufrieron los efectos de las dos guerras mundiales y de los gobiernos comunistas y no comunistas.
El Banco Mundial y la ONU sostienen que la base del desarrollo está en un buen gobierno, pero en estos países no se dan las condiciones para que ese buen gobierno funcione.

El sistema de estratificación mundial. Conclusión y perspectivas de futuro.

Kerbo concluye que no se puede responsabilizar a las corporaciones multinacionales y al sistema mundial de toda la desigualdad del mundo. Hay otros factores relacionados con la estratificación mundial que pueden ayudar a producir y mantener la pobreza, a su juicio, como el clima y la falta de recursos, entre otros.

La globalización ha acelerado en el último siglo las desigualdades de renta mientras que la riqueza ha aumentado considerablemente. Todas las regiones están cada vez más integradas en un sistema económico mundial. Pero debido a los diferentes intereses económicos que existen en el sistema hay un sistema de estratificación mundial que produce desigualdades entre las naciones y desigualdades de clase dentro de esas naciones.

Kerbo sostiene que no hay soluciones fáciles para el subdesarrollo. Eliminando la dominación del centro no se solucionarían los problemas a los que se enfrentan las naciones en desarrollo. El desarrollo rápido de algunos países de la periferia demuestra, según él, que no es imposible el desarrollo tardío en esta fase del moderno sistema mundial. El problema es que la mayoría de las naciones que no están en el sudeste asiático es que carecen de los elementos clave –el modelo de desarrollo económico asiático- que han ayudado a países como Tailandia a crecer espectacularmente durante los últimos años.

Herramientas técnicas para el desarrollo. En los últimos años se han desarrollado nuevas técnicas para promover un desarrollo más sostenible y uniforme en los países pobres. Son las herramientas técnicas para el desarrollo:
  • La reforma agraria. Los campesinos que poseen su propia tierra producen más, crean más empleos e ingresos y contribuyen a sostener el ciclo de desarrollo económico.
  • Los microcréditos. Del Grameen Bank de Bangladesh. Créditos desde 100 $ a campesinos que les ayudan a incrementar su renta y promover un desarrollo más uniforme y sostenido que las grandes inversiones internacionales que sólo benefician a las corporaciones y sus propietarios en Occidente.
  • La aligeración de la deuda externa
  • La reducción de las barreras al comercio de las naciones ricas
  • La capacitación de las mujeres. Se ha comprobado que las mujeres con más formación contribuyen más a la economía. Las mujeres del campo tienen mayor capacidad para manejar los presupuestos familiares y devuelven mejor los créditos. También son más conscientes de la necesidad de controlar el crecimiento de la población.
Los grandes problemas que todavía subyacen:
  • La falta de voluntad de las elites para alterar la situación actual que a ellos les enriquece
  • La necesidad de efectuar un cambio de la estructura social (sistema de estratificación, sistema político y el desigual sistema económico) para que estas técnicas obtengan resultados.
La revolución verde, un intento fallido. En los años 60 se intentó acabar con la pobreza y el hambre de las naciones subdesarrolladas con la política de la revolución verde. Se trataba de que las naciones ricas mandaran a sus expertos agrícolas al tercer mundo para enseñar a los pobres a cultivar con más eficacia, utilizando la maquinaria y los químicos producidos en el primer mundo. El objetivo principal se logró: aumentó la producción de alimentos en esos países. El problema es que los terratenientes, principales propietarios de la tierra, exportaron la producción al tiempo que compraban más tierras donde producir. Así, la nueva agricultura intensiva del capital no sólo no redujo el hambre sino que más campesinos se encontraron sin tierras que cultivar y con las que poder comer.

La necesidad de llevar a cabo la reforma agraria en muchos países, sobre todo en Africa y Latinoamérica es el ejemplo de cómo ante todo hay que efectuar primero cambios en la estructura social.

A partir del 11 de septiembre de 2001 muchos han vinculado la desaparición del terrorismo con la disminución de la pobreza y la desigualdad mundiales. Los hechos indican que las guerras y enfrentamientos civiles se extienden uniformemente por todas las zonas pobres del planeta y los sociólogos también señalan la importancia de la desigualdad para explicar la propagación de la violencia política. Así, para Kerbo, la lucha contra el terrorismo no se acabaría con la detención de sus líderes, surgirían otros. La mayoría de la gente en el mundo cree que USA y sus políticas son las principales causantes de la desigualdad en el mundo.

La migración global.

La diferencia entre ricos y pobres ha aumentado considerablemente en las últimas décadas. Hace unos doscientos años, la mayoría de los habitantes del mundo tenían un nivel de vida bastante parecido, pero a principios del siglo XXI la diferencia entre los ricos y los pobres del mundo es enorme. De ahí que en muchos lugares de la tierra –en el río Grande, entre USA y Méjico, en el mar de Alborán, entre España y Marruecos o en el mar que separa China de Japón- muchas personas arriesguen su vida para intentar conseguir trabajos no cualificados que están renumerados con un salario impensable en sus lugares de origen.

La migración mundial implica que la mayoría de los países ricos se hacen más diversos, encontrándose de nuevo con fenómenos como el racismo y los conflictos étnicos. Mientras persista la desigualdad, sostiene Kerbo, más personas de la mitad pobre del planeta llamarán a las puertas de los países ricos para conseguir permisos de trabajo o convertirse en ciudadanos de esos países.

Los flujos migratorios. Cuando la gente viaja para sobrevivir al hambre y a las guerras, lo hace por tanto desde los países pobres a las naciones ricas. El Instituto de Recursos Mundiales estimaba que en 1999 existían 30 millones de personas desplazadas en todo el mundo. USA ha mantenido una cantidad de inmigrantes ilegales durante décadas, pero el fenómeno es nuevo en Europa. Por países, Alemania es, después de USA, el país que más refugiados acoge. Les sigue Japón. Estados Unidos siempre se ha considerado una nación de emigrantes y se ha enorgullecido de ello. De hecho, sus ciudadanos se preocupan por descubrir las peculiaridades nacionales de sus antepasados. En las últimas décadas la emigración ha vuelto a aumentar espectacularmente. En 2020 el número de americanos no nacidos en USA se estima que será de 38 millones.

La reacción de las naciones ricas. Cómo han encarado el problema de la diversidad racial las naciones ricas. Alemania tiene actualmente el mismo porcentaje de población no nacida en el país que USA. Es el país europeo y del mundo que más refugiados ha aceptado y la reacción ha sido más discreta de lo que cabría esperar, aunque se siguen produciendo ataques racistas, los inmigrantes tienen menos oportunidades y han surgido multitud de partidos de extrema derecha. La explicación podría estar en no querer repetir su pasado. Alemania es una nación joven que carece de símbolos nacionales de unidad, sin embargo, desde el punto de vista histórico si ha sido una nación homogénea en cuanto a la raza y la etnia. Tampoco ha tenido un pasado colonial que atrajera a personas de otros países, ni tradición de emigración como USA. La explicación de su pasado racista es tal vez el aferramiento a sus orígenes raciales y étnicos como símbolo de la identidad nacional. En USA esto no ocurre, se pueden tener antepasados de cualquier lugar del mundo y sentirse americano.

El futuro de las naciones industrializadas es multirracial y multiétnico. La poblaciónd e estas sociedades no se reproduce suficientemente y necesitan la mano de obra extranjera para mantener sus cuotas económicas y hacer frente al tiempo al envejecimiento de la población autóctona. Muchas naciones europeas se están percatando de la necesidad de fomentar el aumento de la natalidad así como de aceptar a más extranjeros. El futuro es la diversidad, pese a que aumenten los brotes racistas y los partidos xenófobos. El paso siguiente será el surgimiento de movimientos de derechos civiles al estilo de los USA en los años 60.

Japón. El caso japonés en relación con la migración es más parecido a Alemania que a USA. También ha sido una nación homogénea en cuanto a raza y etnia. Sin embargo, mientras Alemania es el país que más refugiados acoge, la población extranjera en Japón no llega al 1 por 100. Pese a saber que el descenso demográfico acabará afectando a su economía, Japón no es capaz de aceptar más extranjeros ni de darles la nacionalidad. Japón abrió sus puertas al exterior hace apenas 150 años. Entonces se consideraba que Japón era un lugar sagrado y no apto a los extranjeros, los de raza no japonesa, lo que excluye también incluso a sus vecinos coreanos. Aunque este sentimiento no existe hoy día, la realidad es que los japoneses no se sienten a gusto con los extranjeros. La fuerte lealtad intragrupal genera conflictos con los de fuera y esto genera conflictos incluso con los empleados extranjeros de las corporaciones niponas en el exterior. Las relaciones de los ejecutivos japoneses con sus homólogos extranjeros no son fluidas. Y dentro del país, el fuerte control policial impide la proliferación de la emigración ilegal.

Nota. Con vistas al examen hay que tener en cuenta que a la hora de escribir cifras, lo correcto gramaticalmente es poner con letra los números inferiores a diez, así como todas las cifras que sean aproximadas. Y con número las superiores a diez y todas las que sean exactas. No sé como serán de severos con la ortografía y la gramática, pero en otras carreras errores como este acarrean un suspenso inmediato, sin que influya el contenido de las respuestas.
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El Proceso de Legitimizacion

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Cabría esperar que los grupos de bajo status rechazaran su propio status y que, cuando fuese posible, se rebelaran, p.e. los intocables. El refuerzo cultural y religioso, increíblemente fuerte, del sistema de castas de India es lo que principalmente produce la estabilidad y aceptación pasiva de la desigualdad más absoluta.

En las sociedades modernas el apoyo ideológico a niveles tan altos de desigualdad es casi inexistente: los valores culturales de la democracia y la igualdad de oportunidades sugieren que se deben condenar niveles tan altos de desigualdad y la falta de oportunidades. Entonces, ¿ por qué seguimos encontrando sociedades con mucha desigualdad, falta de libertad o condiciones de vida mucho peores de las que podría haber si las elites tuvieran menos control ? Una respuesta podría ser que lo que no conocen las masas no perjudica a las elites, «la ignorancia es felicidad» (Orwell). En la nueva era de la información no siempre es fácil mantener a la población en la ignorancia, al menos cuando la población quiere saber.

El libre acceso a la información no siempre es un problema para las élites: siguen existiendo medios de contrarrestar o sesgar la información, que provocan la suficiente duda y confusión como para que la gente no sepa qué hacer y a quién o a qué culpar de sus problemas. Es más fácil confundir y equivocar a grandes segmentos de la población cuando a sus habitantes apenas les preocupa recibir una información auténtica, p.e. EE.UU. se sitúa por debajo de las principales naciones industriales en cuanto a número de lectores de prensa.

Existen altos niveles de desigualdad y explotación durante largos períodos de tiempo sin que la gente los acepte como legítimos. En la mayoría de los casos la fuerza ha servido para mantener las desigualdades en la historia, pero a largo plazo, la fuerza es ineficaz y costosa.

El medio más eficaz para explotar implica convencer de algún modo a los que no pertenecen a la élite de que la desigualdad es moralmente buena, y que los más privilegiados tienen justificación para dar órdenes y recibir una mayor proporción de los bienes y servicios valorados o, por lo menos, para hacer dudar de las alternativas. Este método para mantener la obediencia y la desigualdad estructurada lo podemos llamar el proceso de legitimación.

Todas las teorías que se enmarcan en los paradigmas de la estratificación social coinciden en la necesidad de un proceso de legitimación para mantener el orden social. Las normas e ideologías deben generar lealtad a las élites o a cierta forma de organización social para que la sociedad sea posible.
  • Según la teoría funcional, la estratificación social y la legitimidad de la élite son necesarias y beneficiosas para todos los miembros de la sociedad.
  • Para la teoría no crítica del conflicto, la legitimación es un medio de dominación de la élite que no siempre beneficia a todos los miembros de la sociedad.
  • Y para la teoría crítica del conflicto la legitimación es un medio de dominación de la élite, que impide que se acepte una economía política generadora de menos desigualdad y explotación.
EL PROCESO PSICOSOCIOLÓGICO DE LEGITIMACIÓN

¿Por qué algunas personas aceptan voluntariamente una porción menor de bienes y servicios que la de otros? ¿Por qué la gente suele aceptar voluntariamente la legitimidad de la autoridad de ciertas personas y acatan sus órdenes? Debemos subrayar el término voluntariamente, porque nuestro interés se centra ahora en el comportamiento ante la ausencia de coerción directa.

Normas de justicia distributiva

Son las normas que se encuentran en todas las sociedades y que definen qué distribución de los bienes valorados se considera justa.

Cuando los seres humanos viven muy cerca unos de otros, deben cooperar del algún modo y se establece un concepto de justicia o equidad para repartir los bienes y servicios y reducir así el conflicto abierto, p.e. mayores recompensas para los que más contribuyen al bienestar del grupo.

Como las personas se esfuerzan por mantener la coherencia cognitiva, desarrollan principios de justicia, como la justicia distributiva, que establece que las recompensas deben ser proporcionales a las inversiones y contribuciones.

Pero también debido a nuestra capacidad para entender los sentimientos de los demás y comprender su sufrimiento y necesidades, existe también cierto apoyo a la distribución basada en la necesidad.

Todas las personas optan por distribuir los bienes en términos de la contribución, p.e. en términos de mérito se opina que los que tienen una ocupación y una educación de nivel alto merecen más ingresos.

La conclusión más obvia es que sí existen normas de justicia distributiva y que hay cierto acuerdo entre la gente sobre esas normas, y que la desigualdad se basa en normas de justicia distributiva. Pero uno de los problemas fundamentales de la idea de la justicia distributiva es la ambigüedad que existe en la aplicación de estas normas, pues sigue en pie la tarea de definir cuáles son las contribuciones más importantes y el grado de recompensa justo para determinadas contribuciones.

Así pues, aunque encontramos evidencia de una cierta desigualdad «justa» basada en normas de justicia distributiva, debemos profundizar más para comprender cómo una cantidad elevada de personas llega a aceptar una gran desigualdad.

El proceso de socialización y de autoevaluación

La clave es que los que están en la parte baja del sistema de estratificación suelen tener una autoevaluación baja y se ven a sí mismos como personas que apenas merecen algo.

La investigación del logro de status muestra cómo el origen de clase moldea las aspiraciones educativas y ocupacionales.

La relación de una persona con la autoridad y cómo la tratan el jefe y sus compañeros contribuye a la autoevaluación. La investigación ha puesto de manifiesto que la posición de clase está más relacionada con la autoestima o la autoevaluación entre los adultos que entre los niños.

Respecto a las relaciones de autoridad en el lugar de trabajo hay estudios cualitativos que sugieren que cuando a los trabajadores se les trata de manera degradante y subordinada la autoestima entre la clase trabajadora es baja. Cuanto más descendemos en la escala de autoridad ocupacional, más bajas son las autoevaluaciones.

La gente se inspira en los medios de comunicación de masas, las películas, los artículos periodísticos y la televisión, para obtener la imagen de las clases que tiene el conjunto de la sociedad, p.e. los héroes de la televisión y del cine raramente son de clase trabajadora o clase baja.

La clase alta suele recibir una influencia más positiva, simplemente porque ocupa posiciones más altas, disfruta de una audiencia mayor, tiene más subordinados y suele ser más conocida en la comunidad. Todo esto puede influir positivamente en su autoevaluación.

Todas las personas se sirven de mecanismos de creación de imagen para hacer la mejor presentación posible de uno mismo ante los demás, pero las de status más alto disfrutan de más capacidad y recursos para hacerlo. Son más capaces de aparentar que están tranquilos y bajo control, el superior suele hacer esperar a sus subordinados, dando a entender que su tiempo es más importante que el de la persona de menor status. Como las personas con status alto tienen más recursos para dar una impresión favorable de sí mismas, su contribución puede parecer mayor.

En suma, el proceso de autoevaluación contribuye a la legitimación de la desigualdad en un sentido muy general: cuando una persona llega a tener una evaluación baja de sí misma, llega a considerar que tanto sus escasas recompensas como las grandes recompensas de los demás son justas, considerando la desigualdad social como legítima.

Los efectos de la igualdad de oportunidades

Los miembros de las sociedades industriales modernas raramente aprecian la poderosa influencia que nuestra creencia en la igualdad de oportunidades puede tener en el mantenimiento del sistema de clases.

En las sociedades que carecen de esta nueva ideología revolucionaria otras ideologías se encargan del mantenimiento de las desigualdades de clase: la religión en manos de las élites políticas y económicas ha sido la más frecuente. Cuando estas viejas ideologías cayeron durante el período entre las sociedades feudales y las industriales, la creencia en la igualdad de oportunidades ha demostrado ser una herramienta nueva y poderosa para legitimar la desigualdad.

Las sociedades industriales han crecido tanto que por lo general proporcionan más movilidad social ascendente que descendente. Cuando se ha exportado la idea moderna de la igualdad de oportunidades a naciones subdesarrolladas con fronteras de clase más rígidas, la consecuencia más frecuente ha sido el conflicto de clases abierto.

Tras entrevistar minuciosamente a 15 trabajadores blancos de cuello azul, Lane descubrió una ferviente creencia en la igualdad de oportunidades que influía profundamente en lo que estos hombres pensaban sobre su posición en la vida: llevaba a las personas a encontrar algún defecto en sí mismas cuando explicaban su status relativamente bajo. Estos hombres podrían beneficiarse de una mayor igualdad, pero pensaban que el duro trabajo de toda su vida tendría poco valor si a los pobres, que estaban por debajo de ellos y por los que sentían desprecio, se les dieran las mismas recompensas. Desconfían de la naturaleza humana y creían que si a todos los hombres de la sociedad se les garantizaran recompensas iguales, no habría incentivos.

Toda sociedad debe proporcionar alguna ideología legitimadora para mantener la estabilidad del sistema de estratificación. Parece razonable que las circunstancias históricas han llevado a los EE.UU. a acentuar la igualdad de oportunidades más que otras naciones. En Gran Bretaña las tradiciones históricas favorecen una mayor aceptación de la adscripción. Pero las tradiciones de los EE.UU. excluyen el privilegio aristocrático y niegan la adscripción por que cualquiera puede alcanzar el éxito trabajando duro. La ideología de la igualdad de oportunidades hace que los que tienen menos éxito se culpan en parte a sí mismos de su baja posición.

Marx fue uno de los primeros en señalar que la religión ha solido utilizarse para apoyar la desigualdad; pero esta visión es excesivamente simple, porque la religión puede servir también para desafiar las desigualdades de poder y privilegio.

La solidaridad ritual existe prácticamente en todas las sociedades humanas. El ser humano busca la construcción social de la realidad y se mantiene por medio de rituales colectivos. Los rituales emocionales colectivos son importantes, porque la excitación emocional que despiertan da sentido a la realidad que buscan las personas y la hace incuestionable. Cuando se celebran rituales colectivos la gente ensalza lo que tiene en común: las instituciones, valores y relaciones sociales. Lo que esto significa para la legitimación del poder y la desigualdad es que cualquier forma de estratificación social recibe un significado positivo a través de los rituales de solidaridad.

Las élites suelen intentar controlar éstos rituales de solidaridad por razones obvias, pero este control no siempre es necesario: si el poder y el privilegio de una élite son un aspecto sólido de la realidad común, lo más probable es que reciban apoyo y legitimidad a través de los rituales de solidaridad. Pero cuando el poder y el privilegio de las élites están amenazados o son débiles puede ser útil convocar estos rituales para obtener apoyo.

Cuando se cuestionó la autoridad de las élites religiosas se utilizó el miedo a las brujas para crear una amenaza «externa», algo que contribuyó a restaurar el apoyo a la autoridad. Una de las ideas sociológicas mejor fundadas es que el conflicto con el exterior del grupo suele generar solidaridad dentro del grupo.

Las bases de la legitimación: un resumen

Hasta ahora sólo hemos considerado los procesos psicosociológicos que generan una tendencia a aceptar la desigualdad en un sentido abstracto. Pero lo que de verdad es importante no es la simple existencia de la desigualdad, sino el grado de diferencia entre las recompensas y la magnitud de la desigualdad que existe en las sociedades. Para comprender el grado y la forma de la desigualdad que se puede mantener debemos examinar qué hacen las elites a partir de esta base psicosociológica para legitimarse a sí mismas y a la economía política particular que representan. Hay variaciones en unas y otras partes del mundo respecto al nivel de desigualdad que se considera aceptable, p.e. en Suecia y Japón se acepta menos un grado alto de desigualdad que en EE.UU.

La tendencia a aceptar la desigualdad en una sociedad determinada puede estar relacionada con la percepción que tiene la gente del grado de desigualdad que existe en esa sociedad, p.e. en EE.UU. hay mucha gente que acepta el nivel actual de desigualdad, porque no conocen su magnitud o han sido confundidos al respecto. Hay una idea equivocada sobre el alcance de la desigualdad.

Está claro que las élites tienen que legitimar su dominación, tienen que esforzarse para conseguirlo. La aceptación no es automática.

MACROPROCESO DE LEGITIMACIÓN: CÓMO SE APOYAN CIERTAS FORMAS DE DESIGUALDAD

La legitimidad abstracta de la desigualdad es sólo el punto de partida: el siguiente paso requiere lo que podemos llamar el proceso macro de legitimación. Macro en el sentido de que las élites deben ir más allá de una tendencia psicosociológica de la aceptación de la desigualdad para lograr legitimar las instituciones sociales que generan su poder y privilegio:
  • si el capitalismo es la base del poder y el privilegio de la élite, la población tiene que estar convencida de que la propiedad y los beneficios privados son justos y coinciden con los intereses de todos los miembros de la sociedad;
  • si el comunismo es la base del poder y el privilegio de la élite, la población tiene que convencerse de que este tipo de economía política es justa y coincide con los intereses de todos los miembros de la sociedad.
Para mantener su poder y privilegio las élites han aprendido a utilizar las normas de la justicia distributiva convenciendo a los que no pertenecen a la élite de que:
  1. las contribuciones de la élite a la sociedad son proporcionales a las recompensas que reciben; y
  2. las capacidades de las élites son superiores a las de los que no pertenecen a ellas.
El truco es explotar a los que no pertenecen a la élite sin que se percaten de que están siendo explotados. Las élites del pasado han solido utilizar alguna ideología de base religiosa, p.e. para justificar la esclavitud en el sur de los EE.UU.

Analizar por separado cada uno de los medios de legitimación supone simplificar en exceso el proceso general de la legitimación; éstos tienden a solaparse y a reforzarse mutuamente, p.e. si el sistema educativo realiza su función de legitimación de forma adecuada, los medios de comunicación también lo harán con facilidad.

Ojo ! Cuando decimos que el sistema educativo o los medios de comunicación cumplen una función legitimadora, sugerimos que están transmitiendo información que proporciona apoyo a un conjunto determinado de élites, a sus políticas y/o a un sistema particular de economía política, e.d. que esas instituciones se dedican a la propaganda y al adoctrinamiento. A los estadounidenses no les gustan esas palabras, „eso es algo que hacen los comunistas„; pero por propaganda o, si se quiere, persuasión, nos referimos simplemente a la práctica de convencer a otros de que un determinado punto de vista es el correcto.

La función legitimadora de la educación

Las escuelas realizan esta función legitimadora, lo que explica los numerosos conflictos en torno a lo que se enseña en las escuelas y los libros que se utilizan. Los adultos quieren asegurarse de que sus valores se enseñan, o al menos que no se rechazan. Se han realizado numerosos estudios sobre libros de texto que demuestran sólidamente que en ellos predominan las ideas de los blancos de clase media-alta, mientras que apenas se dedica atención a las minorías. Si se dedica alguna atención al desorden civil, a los niños no se les enseña que la violencia no procede de los manifestantes, y sí de las autoridades que reaccionan contra los disidentes. A lo largo de la historia todos los niños han sido socializados para aceptar los valores y las instituciones dominantes de su sociedad. Por esta razón las élites toman a menudo medidas para asegurarse que el sistema educativo está realizando «adecuadamente» su función legitimadora. Esto es así desde que las sociedades se han secularizado y la importante tarea de generar lealtad se ha transferido de las iglesias a los institutos. Además, la financiación de las universidades más grandes y respetadas depende de los ricos y las corporaciones; éstas realizan funciones importantes para las clases alta y corporativa, porque dirigen valiosas investigaciones y formulan ideas para diseñar las políticas gubernamentales.

Aunque las encuestas nacionales revelan que las actitudes de la gente sobre ciertas cuestiones guarda relación con los niveles educativos, no podemos concluir de una manera fiable que el sistema educativo moldea directamente el apoyo a la política de la élite.

Se considera que las universidades son instituciones donde el mercado de las ideas debe ser abierto, pero hay ciertas limitaciones. Las autoridades universitarias tienen el poder de exigir el despido de los empleados de la universidad, y los ricos y las corporaciones pueden retirar las fuentes de financiación. Conocemos suficientes casos de despidos de profesores por enseñar ideas «radicales», o de universidades que han recibido la amenaza de quedarse sin fondos por traer a «conferenciantes antiempresa».

La función legitimadora de los medios de masas

El papel que representan los medios de masas en el proceso de legitimación es difícil de demostrar directamente, debido en parte a que lo más importante son sus efectos a largo plazo en la opinión pública. Lo que es evidente es que «los periodistas deciden qué noticias dan, cómo se presentan y cómo deben interpretarse. Tienen el poder de informar sobre unas cuestiones e ignorar otras, elevar a la fama a personas que están en la sombra, recompensar a los políticos que apoyan y castigar a los que no apoyan». El papel más importante de los medios de masas en su función de legitimación y apoyo a la política de la élite consiste en:
  1. respaldar las políticas gubernamentales «dándoles publicidad»;
  2. dar forma a las visiones del mundo que favorecen la economía política dominante; y
  3. ridiculizar las alternativas a la vigente economía política.
Los medios que son totalmente independientes e imparciales pueden minar la legitimidad de las élites y de la economía política, pero los que están excesivamente controlados por las élites pueden minar la legitimidad misma de los medios. Al igual que las universidades, muchos medios de masas están bajo la influencia de los acaudalados y de la clase corporativa. «Unas pocas corporaciones privadas (CBS, NBC, ABC y la Turner Broadcasting, Inc.) determinan en buena medida lo que la gente debe ver y oír sobre su mundo; cubren 1.099 cadenas locales de TV, lo que significa el 80% de los canales de noticias y espectáculos».

En EE.UU. hay menos lectores de prensa que en cualquier otra nación industrial, habiendo disminuido gradualmente durante los últimos 30 años del 36% al 25% de la población. A medida que cae el número de lectores, aumenta la concentración de la propiedad de los periódicos. En la actualidad «15 imperios periodísticos dan cuenta de más del 50% del total de los periódicos que circulan en EE.UU.»

Los principales medios de masas producen las noticias, seleccionan lo que se va a presentar y cómo se va a presentar. De esta manera, las élites de los medios dan forma a la visión que tenemos de nuestra nación y del mundo.

En EE.UU. los medios de masas son libres, pero hay límites: debida la influencia potencial de las corporaciones y a que sus fuentes de financiación proceden de la publicidad corporativa, los medios no pueden enajenarse del apoyo de las principales corporaciones. Los medios de masas pueden informar sobre escándalos corporativos y políticos, pero deben ser cautelosos, «objetivos» (de acuerdo con lo que entienden los que están en el poder) y no presentar „demasiados datos„ sobre estos eventos con el fin de no desafiar la economía política.

Para muchos estadounidenses influidos por los «filtros» de información que acabamos de describir, resultará una sorpresa saber que los guiones informativos de las noticias soviéticas del equivalente de Peter Jennings, no requiriesen la aprobación del Estado antes de emitirse. Por supuesto, el Sr. Dunayev no era libre de decir cualquier cosa, como tampoco lo es Jennings. Todos conocen los límites y desean mantenerse en sus puestos, han aprendido a respetar lo que es «profesional». Esta es una de las razones por las que han llegado al peldaño más alto de su profesión: todos trabajan de acuerdo con las normas profesionales que imponen límites. Los medios informativos de los Estados comunistas no son libres debido a la dominación del Estado, p.e. libros y revistas antes de publicarse son revisados por el Estado. Los más destacados profesionales de la información de todos los países practican la autocensura (consciente o inconscientemente), porque forman parte de una sociedad y comparten esa visión del mundo.

Asimismo, el mercado de las ideas es libre en la medida en que se tiene elevadas sumas de dinero. Las principales corporaciones pueden comprar tiempo de publicidad para decirnos lo buenas que son sus empresas y lo que están haciendo para ayudar al país. Pensemos que lo que ve la mayoría de la gente no son informativos o publicidad, sino programas de entretenimiento. La influencia exacta de estos programas es muy difícil de medir, pero muchos científicos sociales han señalado que lo que la gente ve ensalza los estereotipos de clase, degrada las minorías, ridiculiza las ideas «radicales» y elogia los valores estadounidenses dominantes. Los héroes casi nunca expresan ideas políticas y económicas no aceptadas; de hecho, suelen ser «antirradicales»; los personajes de clase trabajadora suelen ser no inteligentes, intolerantes y superpatriotas.

Los medios de masas son sólo parte del proceso de legitimación, y son tanto un producto como un factor del proceso de legitimación. El proceso de legitimación es cíclico. El público que ha llegado a aceptar la legitimidad de nuestra economía política espera que los medios de masas la apoyen también. Pero tampoco se les puede acusar de ser los únicos en construir entre el público visiones del mundo favorables a los valores corporativos aceptados.

Organizaciones que influyen en la opinión

El sistema educativo y los medios de comunicación de masas son los instrumentos más reconocidos para moldear las opiniones, pero los grupos de interés forman numerosas organizaciones para que sus puntos de vista lleguen al público. Cuando un grupo de interés tiene promotores acaudalados o partidarios numerosos entre la población suele conseguir dinero de sobra para estas actividades. Lo más probable es que un grupo que va en contra de la estructura de poder quede desacreditado debido a las actividades de las agencias gubernamentales, p.e. la CIA y el FBI han admitido haber realizado estas actividades en EE.UU.

Una organización que influye en la opinión pública es el Consejo de la Publicidad, que se formó en la 2ª G.M. para contribuir al esfuerzo bélico, y que en la actualidad contribuye a financiar publicidad de todo tipo sobre cuestiones que considera importantes. Además de publicidad televisiva, patrocina publicidad radiofónica, periodística y paneles publicitarios, p.e. para reducir las tensiones raciales durante los disturbios de los años 60. Los directores del Consejo de la Publicidad son los que deciden qué campañas de publicidad deben financiarse.

Las élites corporativas no pueden esperar sentadas pensando que sus ideas recibirán apoyo; tienen que esforzarse para conseguir ese respaldo y lo hacen por medio de una extensa red de organizaciones que van desde las salas de juntas de las corporaciones hasta el público en general.

Las altas esferas del gobierno disponen con facilidad de los medios para ejercer esta influencia, porque lo que hacen las élites políticas es noticia. El FBI y la CIA se encargan de influir de forma encubierta en la opinión pública, p.e. a través de la publicación de libros o artículos informativos (p.e. los inventados por la CIA para derrocar al gobierno de Allende en Chile, dónde el New York Times admitió que se prestó al juego al publicarlos).

El macroproceso de legitimación: conclusión

Aunque las élites tratan de inducir al público a aceptar lo que hacen o planean, no llega a ser conspiración por varias razones:
  1. A diferencia de lo que sucede en las sociedades totalitarias, el proceso general de legitimación en EE.UU. no está planeado de antemano.
  2. Las élites no aceptan un plan general, porque suele haber divisiones entre ellas. Un segmento de las mismas puede estar más a favor de una política específica, mientras otro tiene menos interés en esa política o incluso se opone a ella.
  3. El proceso de legitimación no suele llegar a conspiración, porque en su mayor parte no es secreto. La mayoría de la gente no es consciente de él, pero existe la posibilidad de obtener información de lo que están haciendo las élites.
  4. Sería incorrecto suponer que las élites pueden hacer que cualquier cosa parezca legítima a los ojos de los que no pertenecen a ellas. Los límites los establecen ciertas fuerzas culturales e históricas que están sujetas al cambio, p.e. a finales de los años 60 hubiera sido difícil defender rebajas de impuestos a las corporaciones y un recorte del gasto social del Estado.
  5. No todo lo que hacen las élites necesita ser aceptado como legítimo: la mayoría del público suele no ser consciente de lo que están haciendo las élites, por lo que un público muy informado podría constituir una amenaza.
  6. Incluso teniendo el público conocimiento de una política contra la opinión pública, las élites podrán continuar con esa política si no existe un grupo de interés o movimiento social muy organizado para desafiarla. La tarea de las élites en este caso es impedir un desafío organizado, desacreditando a sus adversarios, creando confusión y/o haciendo que se desvanezca la esperanza de que el cambio es posible.
La realidad es que la mayoría del público se muestra indiferente ante estas cuestiones, a no ser que le afecten mucho.

Las élites pueden oponerse a los esfuerzos por reducir la desigualdad de la renta recurriendo a mecanismos procedimentales, p.e. se presenta una ley en el Parlamento para reducir la desigualdad de la renta, pero antes de que se apruebe (si es que se aprueba) sufrirá tantas modificaciones, que los cambios introducidos la harán ineficaz.

Partiendo de una base psicosociológica de aceptación de la desigualdad en general, el sistema educativo, los medios de masas y determinadas organizaciones que moldean la opinión pueden trabajar para legitimar formas más específicas de desigualdad. La legitimación de la desigualdad y la estratificación en general es fácil de mantener.

También puede darse un proceso de deslegitimación: el proceso de legitimación es un proceso constante que puede debilitarse o invertirse, p.e. la incapacidad de las élites para mantener el orden social o el bienestar económico puede producir deslegitimación. Con el tiempo, si otras élites y otras nuevas políticas no pueden restaurar el orden, la economía política puede perder legitimidad y la población estará dispuesta a apoyar otro tipo de economía política. Durante un cierto período de tiempo, las élites pueden responsabilizar del desorden a fuerzas exteriores; tal vez por eso las élites tiendan de forma natural a buscar chivos expiatorios.

RESUMEN

El proceso de legitimación es el proceso por el que la naturaleza de la estratificación social y el nivel de desigualdad de una sociedad se hacen legítimos o, al menos, relativamente aceptables para la población.

El tema se divide entre
  • el proceso psicosociológico: es el modo en que se pueden manipular las normas de justicia distributiva, las autoevaluaciones y la ideología de la igualdad de oportunidades para mantener la aceptación de un cierto tipo de estratificación y desigualdad social;
  • el macroproceso: es el modo en que la información sobre lo que existe en una sociedad legitimadora de la desigualdad se puede moldear mediante el sistema educativo, los medios de comunicación de masas y las organizaciones que influyen en la opinión, que a su vez pueden estar influidos de muchas maneras por las personas más ricas y poderosas de la sociedad.

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PERSPECTIVAS Y CONCEPTOS EN EL ESTUDIO DE LA ESTRATIFICACIÓN SOCIAL

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El sistema de estratificación social determina la vida de las personas, sus oportunidades para mejorar, su salud mental, su esperanza de vida y muchas otras cosas. La gente en general es poco consciente de las fuerzas sociales sistemáticas que estructuran y dividen la sociedad en función de la riqueza.

El objeto de estudio de la sociología, y por tanto de la estratificación social, tiene que ver con las propiedades de grupos, las estructuras sociales y las fuerzas sociales.

En todas las sociedades conocidas se presentan diferencias más o menos acusadas de riqueza material, poder y prestigio entre sus miembros. La desigualdad social es un fenómeno universal propio de todas las sociedades humanas; a la vez la defensa de la igualdad es uno de los más poderosos fundamentos normativos de las sociedades modernas.

En cualquier estudio sobre la estratificación social hay que plantearse diversas cuestiones:
  1. ¿Por qué existen ricos y pobres? En EEUU suele considerarse que la riqueza viene debido a los talentos superiores y a la motivación. El pobre no tiene ni talento ni motivación. La pregunta clave es cómo se desarrolla el talento o cuál es su procedencia.
  2. ¿Cómo influyen los antecedentes de clase en lo que las personas llegan a ser o en el lugar que llegan a ocupar en el sistema social? ¿Influyen en las oportunidades de trabajo y mejor educación o además en la inteligencia y la autoestima? Los antecedentes familiares de clase se usan para explicar las condiciones sociales de la delincuencia y la pobreza, así como algunos llegan a situarse en una posición acomodada. Es una explicación parcial.
  3. ¿Cuáles son las fuerzas políticas, económicas y sociales que permiten la desigualdad? ¿Es beneficiosa para el conjunto de la sociedad? ¿Beneficia en exceso a los más adinerados?
  4. ¿Por qué muchos pobres aceptan o toleran su posición? ¿Por qué se rebelan en raras ocasiones? (Los Ángeles, 1992)
  5. La desigualdad, ¿es similar en todos los países? ¿Tiende a aumentarse o a reducirse?
El estudio de la estratificación social debe responder a la pregunta de “¿quién consigue qué y por qué?”.

Definiciones y conceptos

Estratificación social y desigualdad

La diferenciación social se da cuando encontramos individuos con distintas cualidades individuales (sexo, fuerza, estatura) y con diferentes papeles sociales (tareas u ocupaciones). La división del trabajo producida por las sociedades tecnológicamente complejas aumenta la diferenciación social. Ésta no supone una ordenación jerárquica de roles o cualidades personales. La diferenciación social establece el escenario para la desigualdad y la estratificación social.

La desigualdad social es la condición por la cual las personas tienen un acceso desigual a los recursos, servicios y posiciones que la sociedad valora. La desigualdad se relaciona con las diferentes posiciones de la estructura social. La desigualdad existe en el acceso a posiciones diferentes en la sociedad, aunque la evaluación social o el prestigio aparecerán como una consecuencia, ya que las personas con posiciones preferentes en la sociedad son sumamente valoradas.

La estratificación social significa que la desigualdad se ha institucionalizado (sistema jerárquico en capas) y que existe un sistema de relaciones sociales que determina quién recibe qué y por qué. Otros sociólogos añaden la condición de desigualdades hereditarias.

Cuando la ubicación en una clase o estrato es hereditaria se denomina adscripción (las personas no controlan las cualidades que le llevan a una posición social). Cuando la ubicación se debe a cualidades que los individuos pueden controlar, se denomina logro. En la sociedad el lugar en los estratos se basa en una mezcla de adscripción y logro.

Divisiones de clase y movilidad social

La clase es un agrupamiento de individuos con posiciones similares y con semejantes intereses políticos y económicos dentro del sistema de estratificación. La polémica sobre el concepto de clase implica cuestiones como: 1) los criterios más importantes para distinguir clases; 2) el número de divisiones de clase que existen; 3) hasta qué punto los individuos han de reconocer estas divisiones para que sean significativas; y 4) si las divisiones de clase existen todavía en EEUU y otras sociedades industriales.

Las divisiones de clase se basan en tres criterios principales: la posición de la persona en la estructura ocupacional, la posición en las estructuras de autoridad (de cuántas personas recibe órdenes y a cuántas les da) y la posesión de propiedades que den beneficios (la estructura de la propiedad). Estos tres criterios tienden a entrelazarse produciendo divisiones de clase más o menos diferenciadas:
  • Clase alta = familias que poseen grandes propiedades y autoridad derivada de sus propiedades.
  • Clase corporativa = personas con una gran autoridad y poder en las grandes corporaciones o en el Estado, aunque no sean propietarios de estas corporaciones (altos ejecutivos). Los últimos indicios señalan que esta clase está aumentando mientras la alta se reduce.
  • Clase media = aquellos con pocas propiedades, pero posiciones medias y altas en lo que se refiere a ocupación. Se subdivide en clase media alta (médicos, abogados, directivos de empresas menores) y clase media baja (oficinistas, dependientes).
  • Clase trabajadora = personas con poca o ninguna propiedad, con posiciones medias o bajas en la ocupación y poca o ninguna autoridad.
  • Clase baja = individuos sin propiedad, a menudo en paro y sin autoridad (los pobres).
El término status debe analizarse en conjunción con el concepto de clase. Es una categoría basada en el prestigio y en el logro ocupacional.

Un sistema de clases se distingue de otros sistemas de estratificación debido a la mayor posibilidad de logro o de cambios en la ubicación de clase. Lo que existe en realidad es una mezcla de adscripción y logro. La movilidad social es el movimiento individual o de grupo en el sistema de clases. Este movimiento puede ser ascendente o descendente.

Muchos análisis tratan de medir la mezcla exacta de logro frente a los factores adscriptivos que determinan dónde acaban las personas en el sistema de clases. Este tipo de estudio se llama investigación sobre el logro de status. Las investigaciones sobre movilidad social indican que en EEUU ha habido una amplia movilidad, aunque la mayor parte de corto alcance. Además, desde los años 80 la movilidad social se ha reducido y los factores adscriptivos desempeñan un papel aún muy importante.

Estratificación social en el moderno sistema mundial

El cambio económico se relaciona con la relativa decadencia económica de EEUU en lo que se conoce como moderno sistema mundial. A partir de los años 70 y 80 la clase corporativa se implicó más en política intentando dar marcha a tras a la decadencia de los beneficios y mercados de EEUU en el mundo. La economía de Reagan contribuyó a la desigualdad de la renta y la riqueza que ya había comenzado debido a los cambios de la economía mundial.

Desde principios de los 80 Estados Unidos tenía ya el nivel de desigualdad de renta más alto entre los países industrializados, esta desigualdad no ha hecho más que crecer en los 80 y principios de los 90. Se han creado muchos empleos temporales, de media jornada y bajos salarios. La tasa de pobreza ha crecido significativamente. Al mismo tiempo también han crecido los empleos en los sectores técnicos, profesionales y directivos.

Ya no se trata simplemente de capitalismo contra comunismo, sino de la competencia entre diversas formas de organizaciones capitalistas en el mundo. Estas diferencias entre países capitalistas implican también distinciones en sus sistemas de estratificación social.

La desigualdad creada por el recorte de empleos y el aumento de trabajos temporales y de bajos salarios ha hecho a las empresas estadounidenses más competitivas frente a los salarios y educación más elevados en Alemania y Japón.

DIMENSIONES DE LA DESIGUALDAD

En EEUU encontramos con más frecuencia que en otras naciones industriales una mezcla de características del tercer mundo y el primer mundo. Los Estados Unidos están en un proceso de cambio, la pobreza y la desigualdad han vuelto a aumentar.

DESIGUALDAD DE LA RENTA Y LA RIQUEZA


Dos de los tipos más importantes de desigualdad son las desigualdades de la renta y la riqueza. Su importancia se debe a que son las que proporcionan otros bienes y servicios valorados aparte de los artículos que satisfacen las necesidades básicas. En EE.UU. la distribución de la renta es desigual, pero la de la riqueza es todavía más desigual.

Renta = dinero, salarios y pagos que se reciben periódicamente a cambio de una ocupación, o como rendimiento de una inversión.

Riqueza = propiedades, acciones, bonos o reservas. Es todo aquello que tiene valor económico y es susceptible de comprarse, almacenarse y venderse para obtener rendimientos económicos.

Desigualdad de la renta

Un aspecto importante del estudio de la estratificación social y la desigualdad, sobre todo en EEUU, es la desigualdad por raza y origen étnico.

La gran mayoría de la gente tiene que depender de algún tipo de trabajo para ganarse su renta, siendo la estructura ocupacional un factor de primordial importancia en la creación de una distribución desigual de la renta. Parte de la desigualdad de renta entre hombres y mujeres se debe a la discriminación por sexo, pero este tipo de discriminación funciona en la estructura ocupacional de varias maneras diferentes.

El grado real de desigualdad de la renta por ocupación está gravemente infraestimado ya que dentro de cada categoría ocupacional, mucha gente gana mucho más y mucho menos de lo que indica la mediana.

Tendencias de la desigualdad de la renta en los EEUU

La desigualdad de la renta ha aumentado de forma rápida y significativa entre 1980 y 1992 porque los más ricos se han hecho aún más ricos y los más pobres aún más pobres. La renta real de la mayoría de los estadounidenses ha venido disminuyendo desde los años 70, lo que significa una reducción de la clase media en EEUU aumentando el número de ricos y de pobres. El panorama para las minorías es aún más grave, los pobres tanto negros como hispanos se han empobrecido mucho más que los blancos pobres.

Las razones del aumento de esta desigualdad en los años 80 pueden dividirse en dos grandes categorías:
  • Medidas políticas: políticas tributarias (bajada de impuestos para los ricos y subida para los pobres) y recortes de transferencias (programas asistenciales para los pobres).
  • Cambios económicos: disminución de los empleos de remuneración media y aumento de empleos de alta y baja remuneración.
Desigualdad de la renta comparada

Durante los años 60 EEUU se situaba en una situación intermedia en lo que se refiere a desigualdad de la renta cuando se comparaba con otras naciones industriales. Los datos más recientes indican que se han producido importantes cambios, el aumento de la desigualdad de la renta en Estados Unidos le ha llevado a liderar ese índice entre los países industrializados. Por el contrario, Japón tiene el índice más bajo de desigualdad mientras España se sitúa en una zona intermedia.

El sueldo medio de los trabajadores estadounidenses sólo supera al de los británicos mientras que los altos directivos norteamericanos tienen salarios muy superiores a sus colegas del resto de naciones industriales. Japón y Alemania muestran la tendencia contraria: sus trabajadores son de los mejor pagados del mundo, mientras que sus directivos son los peor pagados. Así, la fractura entre rentas es menor en Japón y Alemania, pero mucho mayor en EEUU.

Desigualdad de la riqueza

Si la desigualdad de la renta en Estados Unidos es importante, la desigualdad de la riqueza lo es más aún. La mayoría de la gente usa sus ingresos para satisfacer las necesidades cotidianas; sin embargo, una riqueza abundante suele proporcionar renta, poder e independencia. Se puede transferir de generación en generación con mayor facilidad que la renta, hecho que produce una mayor herencia de posición y de oportunidades en el sistema de estratificación. Además, en 1982 Reagan aprobó una ley tributaria que desgravaba considerablemente la herencia.

En 1983, el 20% más rico de la población tenía el 43% de la renta y el 79% de la riqueza familiar. En otro estudio de 1989 se señaló que el 10% más rico poseía el 41% del dinero en cuentas corrientes, el 72% de las acciones de grandes empresas, el 50% de las propiedades físicas y el 78% de las empresas. El número de multimillonarios se duplicó entre 1986 y 1988. Según Fortune, en 1993 de las 101 personas más ricas del mundo, 26 eran estadounidenses.

Riqueza media neta (1991)
  • Familia blanca 44.408 $
  • Familia hispana 5.345 $
  • Familia negra 4.604 $
En los últimos años se ha experimentado una tendencia ascendente de la desigualdad de la riqueza, especialmente desde 1983. La propiedad de las acciones de las grandes empresas es muy importante porque puede proporcionar gran poder económico, incluso más que la propiedad inmobiliaria.

Tendencias históricas de la desigualdad de la riqueza

Como en el caso de la desigualdad de la renta, las tendencias históricas de la desigualdad de la riqueza en los Estados Unidos son importantes. La proporción de riqueza del 1% más rico de población disminuyó lentamente entre 1945 y 1972 para aumentar rápidamente en los años 80.
Año Porcentaje de riqueza del 1% más rico
1929 36,3
1939 30,6
1945 23,3
1958 23,8
1972 20,7
1989 38,3

DESIGUALDAD EN LOS ARTÍCULOS DE PRIMERA NECESIDAD

Dado el grado de desigualdad de la renta y la riqueza, parece obvio que debe haber otros bienes materiales desigualmente distribuidos. Una desigualdad de la renta no siempre es un indicador preciso del modo en que se distribuyen los productos básicos (comida, vivienda, salud) porque pueden existir subsidios estatales para satisfacer las necesidades básicas y deben tenerse en cuenta el coste relativo de los artículos de primera necesidad.

EEUU es la única nación industrializada que carece de un programa para garantizar ingresos básicos para las familias pobres y de una seguridad social global a escala nacional que satisfaga las necesidades médicas de todas las familias. Cuando las familias reciben ayuda pública para cubrir sus necesidades básicas, la cantidad de dinero que reciben es muy insuficiente. Además, esa cantidad de ayuda pública a los individuos disminuyó más del 40% entre 1970 y 1992.

Aunque la distribución de la renta sea muy desigual, la cobertura de las necesidades primarias podría ser menos desigual si el coste de estos productos básicos es relativamente bajo. En ese caso, la desigualdad afectaría a los lujos y los ahorros. Aunque eso era lo que tradicionalmente ocurría, las cosas están cambiando. Entre 1970 y 1976 el coste de los productos básicos aumentó un 44% más deprisa que el coste de los productos no básicos. Lo que significa que el coste de los productos básicos seguía fuera del alcance de los pobres y las clases bajas de esta sociedad reduciendo aún más su nivel de vida.

DESIGUALDADES DE SALUD

La asistencia médica y las condiciones que promueven la mejora de la salud también están desigualmente repartidas. La asistencia médica es escasa y se puede distribuir por medio de precios: los que pueden pagarla la obtienen, y los que no pasan sin ella. También puede basarse en algún principio de necesidad: los que más la necesitan son los primeros que la obtienen. En EEUU la distribución de la asistencia médica se basa más en la capacidad económica que en la necesidad.

Pese a diversos intentos de legislar para establecer un sistema sanitario que distribuya la asistencia sobre la necesidad, los resultados han sido más que discretos. El 20% de los estadounidenses carecen de cobertura sanitaria, ni pertenecen a una sociedad médica privada ni están acogidos al Medicare para los ancianos o al Medicaid para los muy pobres. Las sociedades médicas privadas son cada vez más caras y los empleos con sueldos más bajos. A la vez, muchas personas no son lo suficientemente pobres para acogerse al Medicaid, programa recortado por la Administración Reagan y que afectó sobremanera a las familias pobres con trabajo.

Existen enormes diferencias en las tasas de mortalidad de la gente que admitían los diferentes hospitales (públicos o privados) para las mismas enfermedades o lesiones. EEUU sigue siendo la única nación industrial importante sin un sistema sanitario global público.

Una segunda razón de la distribución desigual de la salud reside en que los ingresos bajos equivalen normalmente a una nutrición inadecuada, unas condiciones de vida menos saludables, un entorno laboral insano y un menor conocimiento de cómo mantener la buena salud.

A pesar de tener los mejores profesionales y la tecnología médica más avanzada del mundo, EEUU tiene una tasa de mortalidad infantil relativamente alta en comparación con las naciones industrializadas, tasa que se agrava cuanto más bajos son los ingresos. La principal razón de la mala posición puede ser que la distribución de su asistencia médica se basa más en la capacidad económica que en la necesidad.

Existe además una relación muy estrecha entre las tasas de mortalidad y la clase y la renta. También la mortalidad de los diferentes grupos étnicos, a iguales ingresos, es superior.

RESULTADOS POLÍTICOS DESIGUALES

Son los resultados de procesos políticos que favorecen a unos intereses de clase antes que a otros. En el análisis de las desigualdades políticas descubrimos que los que están en la parte alta del sistema de estratificación reciben más servicios o productos generales de las agencias públicas. A pesar del erróneo concepto que se tiene del estado del bienestar, los pobres no son los que reciben la mayor parte de las ayudas públicas; además, las ayudas que reciben los pobres son las primeras que tienden a recortarse en períodos de austeridad.

A efectos de la desigualdad, el Estado puede convertirse en una institución redistributiva: recaudar de unos y redistribuir a otros. Todas las clases intentan recibir más de lo que dan.

Impuestos

Uno de los tipos más importantes de desigualdad política atañe a las políticas tributarias. La democracia e igualdad de oportunidades en el Estado del bienestar suele implicar que los que tienen más pagarán más impuestos (impuestos progresivos). En realidad esta filosofía suele invertirse.

En Estados Unidos, la recaudación sobre el impuesto sobre la renta y las cotizaciones sociales han estado aumentando desde la década de los 60 a la vez que se reducía el impuesto de sociedades. Otra forma de tributación son los impuestos sobre las ventas, que son regresivos porque los menos ricos pagan un porcentaje más alto de sus ingresos que los más acomodados. Un estudio de los efectos de los impuestos sobre la distribución de la renta reveló que la totalidad de los impuestos aumentaba el nivel de desigualdad impositiva.

La Administración Reagan redujo los tipos impositivos a los más acaudalados pero aumentaron las cotizaciones a la Seguridad Social. Se dijo que el cambio de legislación beneficiaría a los pobres, porque los beneficios de los ricos «repercutirían gota a gota» en la creación de empleos: el resultado ha sido que la desigualdad de la renta aumentó y bajaron los salarios reales durante los 80.

La reforma de Reagan comportó una bajada del tipo impositivo «posible» para ingresos superiores del 60% al 50%; tipo «posible» porque los ricos raramente pagan esa cantidad debido a la evasión de impuestos, y el tipo impositivo real suele ser del 30%. El efecto real se ha notado en el aumento de dinero ahorrado por los más ricos (si Reagan no hubiera cambiado las leyes tributarias, el 1% más rico hubiera pagado 70.000 millones de dólares más en impuestos en 1993, dinero más que suficiente para financiar los programas para los más pobres, vales de comida, ayudas para alojamiento, etc. y hubiera sobrado dinero).

Servicios públicos

Cuando se habla de servicios públicos viene a la mente la asistencia a los más pobres. Esta imagen es engañosa. El gobierno federal destina subvenciones a muchos sectores económicos, como la agricultura y la I+D, que benefician directamente a las corporaciones, ofrece protección arancelaria a numerosas industrias, realiza servicios directos que podrían realizar las industrias, etc.

En 1994, la Seguridad Social tuvo un presupuesto de 320.000 millones de dólares, de los cuales 55.000 fueron transferencias en metálico a pobres, discapacitados o ancianos necesitados de asistencia. Por otro lado, el ejército tuvo 279.000 millones, los programas de transporte 37.500, la I+D 17.200, etc. Existe una ingente cantidad de programas y servicios que se destinan a los no pobres.

Se afirma que estos servicios públicos ayudan también a la clase trabajadora y a los pobres con la creación de empleos. ¿A quiénes ayuda más? Si los ricos y las clases corporativas tienen más recursos para influir en las políticas del gobierno, será que con toda probabilidad beneficia más a sus propios intereses.

DIMENSIONES DE LA DESIGUALDAD: CONCLUSIÓN

Hay más desigualdades: el logro educativo está relacionado con las divisiones del sistema de estratificación, pues es un resultado de ese sistema y un medio para mantenerlo. También existen diferencias sobre las desigualdades de poder y autoridad.

Cualquier bien material, condición o servicio que la gente tienda a valorar, puede estar desigualmente distribuido mediante un sistema de estratificación (la vida misma; los que se sitúan en la parte baja del sistema tienden a padecer en mayor medida delitos violentos).

El sistema de estratificación también distribuye desigualmente el status, la autoestima y la deferencia social. El poder y la riqueza material suelen proporcionar status o prestigio, pero no al contrario.

Las divisiones de status son muy importantes para comprender cómo se mantiene la estratificación social, los individuos de una clase determinada suelen establecer fronteras de status (basadas en los estilos de vida) que excluyen a las clases inferiores para proteger sus privilegios. Estas divisiones de status pueden generar diferentes grados de autoestima y la legitimidad del sistema.
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LA ESTRATIFICACIÓN SOCIAL EN LAS SOCIEDADES HUMANAS: LA HISTORIA DE LA DESIGUALDAD

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Recientemente las desigualdades han aumentado considerablemente en EEUU y en el resto del mundo. ¿Han sido siempre tan grandes estas desigualdades? La época actual ha sido en buena medida moldeada por la mano histórica de muchas respuestas humanas a la pregunta de quién obtiene qué y por qué.

Los seres humanos (o los homínidos) hace unos 4 millones de años y se empezaron a asentar en comunidades agrícolas más o menos estables, formando lo que podemos llamar sociedades, hace sólo unos 10.000 años.

Después de haber transcurrido muchos miles de años de vida en pequeñas sociedades cazadoras, recolectoras y en un estado muy próximo a la igualdad, durante la revolución neolítica nuestros ancestros empezaron a asentarse y a llevar una vida agrícola basada en la plantación de cultivos y en el pastoreo de animales comestibles que aumentaron la producción de los artículos básicos.

Tras unos pocos miles de años empezaron a surgir las grandes ciudades y después, aparecieron las civilizaciones y los imperios. Dejó de ser necesario que todos trabajaran en el campo para alimentar a la población y aumentó la división del trabajo (ciencia, religión, artes, ejército). Después, un ciclo de innovación tecnológica hizo que aumentaran las cosechas, liberó del trabajo de la tierra a una gran cantidad de gente y nos impulsó rápidamente hacia la era industrial.

Cuando los seres humanos abandonaron sus modos de vida nómadas durante la revolución neolítica, empezó la historia de la estratificación, la desigualdad, las élites y la explotación. La historia de la civilización es, de hecho, la historia de la estratificación social. Sólo recientemente se ha reducido el nivel de desigualdad en comparación con otras civilizaciones anteriores.

Distintos sistemas de estratificación humana

Usualmente se describen 5 tipos de sistemas de estratificación social que ha habido en la historia: comunal primitivo, esclavitud, castas, estamentales o feudales y clases. Estos cinco tipos generales pueden compararse entre sí a partir de cinco características básicas de los sistemas de estratificación:
  1. Grado de cierre o apertura normativa de sus divisiones. Las normas sociales pueden hacer hincapié en que los individuos, si se atienen a ciertas reglas, son libres de abandonar su rango presente y entrar en un rango superior o inferior. Y a la inversa en otras sociedades esta movilidad vertical puede estar prohibida.
  2. Método real para ubicar a la gente a partir del status o la clase. Los métodos varían en un continuum que va desde la adscripción (ubicación determinada por el rango de los padres, sexo o raza) hasta el logro (mérito individual). Pocas sociedades se sitúan en los extremos de este continuum, lo normal es una mezcla variable de adscripción y logro.
  3. Método principal de legitimación. Se entiende aquí por legitimación un método que justifique la existencia de la desigualdad entre la población. De no ser así el orden social y las desigualdades sólo se podrían mantener por la fuerza, un método costoso y que a la larga suele fracasar. Los sistemas que suelen predominar son la tradición o la costumbre (referencia al pasado), la justificación ideológica, las creencias religiosas o la justificación legal
  4. Forma predominante de desigualdad. Existen tres dimensiones de desigualdad: las diferencias de honor, status o prestigio; las desigualdades basadas en el poder político, militar o burocrático; y las desigualdades de influencia económica.
  5. Nivel comparado de desigualdad en cada tipo de sistema de estratificación. Las diferencias deben establecerse entre las élites y la gente corriente de cada sociedad. Existe una variación entre un nivel muy bajo en las sociedades comunales primitivas hasta un nivel muy alto en las sociedades esclavistas, de castas y estamentales pasando por un nivel intermedio en las sociedades industriales.
Sociedades comunales primitivas

Representan las primeras formas de organización social basadas en la recolección y caza, que normalmente apenas presentan desigualdad y carecen de un sistema formal de estratificación social. Estos pueblos tienden a ser nómadas y la acumulación de posesiones materiales es casi imposible. Los bienes y los alimentos que tienen suelen repartirse de forma más o menos igualitaria entre todos los miembros de la tribu.

Pueden tener jefes o chamanes, pero su influencia está relativamente restringida y se limita a su capacidad para realizar funciones valiosas para toda la tribu. La posición de jefe es lograda con un método abierto de ubicación social. La única forma de desigualdad es el status u honor, justificadas por la tradición, e.d. al mejor cazador se le concede un status más alto de honor.

Esclavitud

Sistema de estratificación social con una economía basada en la propiedad de otros seres humanos. Esta forma de dominación surgió inmediatamente después de que los seres humanos se asentaran en comunidades agrícolas. La posición de esclavo se ha adquirido de muchas maneras: por nacimiento, derrota militar, deudas o por captura y comercialización. Aunque la esclavitud era a menudo un status adscrito, se podía salir de el. En EE.UU. la casta racial produjo un status de esclavo hereditario y más cerrado. El nivel de desigualdad entre el esclavo y su dueño, y el pueblo y las élites, era muy alto.

Hay una legitimización legal, pues el status de esclavo era normalmente una relación de propiedad legal sancionada por la autoridad del Estado; la justificación ideológica para la esclavitud la encontramos en Grecia, donde Aristóteles escribió que «es evidente que algunos hombres son, por naturaleza, libres y otros esclavos, y para éstos la esclavitud es adecuada y conveniente».

Casta

En ningún lugar se ha aproximado el sistema de castas tanto al tipo ideal como en la India.

En el sistema de castas hindú se desarrollaron cuatro divisiones principales de castas, con las castas de los sacerdotes y la de los guerreros en la cima de esta jerarquía enormemente rígida. Una gran cantidad de personas quedaba al margen del sistema de castas. Los demás consideraban que estas personas eran tan míseras que no había lugar para ellas en el sistema de estratificación.

Entre las características distintivas de un sistema de castas destacan la rigidez de sus rangos y el casi total cierre normativo.

Otro aspecto importante del sistema de castas es su elevado grado de institucionalización y la aceptación de la rigidez de sus rangos, así como de los derechos y deberes de cada casta. Es un sistema muy ritualista, lo que significa que se deben observar reglas estrictas en las relaciones entre castas diferentes. La aceptación de este ritual y de la desigualdad de casta en la India es extraordinaria.

¿Qué es lo que explica esta extraordinaria aceptación? A lo que parece, la mejor respuesta la encontramos en el método de justificación o legitimación. En la India la religión hindú ha proporcionado esta justificación. Las creencias religiosas proporcionan las sanciones necesarias para hacer cumplir las obligaciones y los deberes de las castas.

Como cabría esperar, el grado de desigualdad en el sistema de castas hindú ha sido alto. Pero las diferencias de poder y económicas no son las formas de desigualdad más importantes, siendo la desigualdad de status la que domina.

Otro país que ha tenido un sistema de estratificación semejante al sistema de castas durante un periodo relativamente corto de tiempo es Japón, desde principios del siglo XVII hasta mediados del siglo XIX.

A menudo se oye hablar de ciertas formas de desigualdad basadas en la adscripción como si fueran ordenamientos de castas. En sociedades modernas como los Estados Unidos se pueden encontrar algunas de las características del sistema de castas en la adscripción sexual y racial.

Estamento

Sistema de estratificación social basado en la propiedad de la tierra que presenta un grado alto de adscripción. En la Europa del siglo XII el sistema feudal estaba sólidamente establecido; éste se centraba en la propiedad de tierras por una clase originalmente militar denominada nobleza. Había lazos de obediencia, trabajo agrícola y protección entre la nobleza y los plebeyos. Hay excedentes de bienes materiales, que iban a parar a las élites.

El Estado hizo que se formalizaran los rangos estamentales, a los que se les dio justificación mediante ley: la clase de los sacerdotes (el primer estado), la nobleza (el segundo estado) y los plebeyos (todos los demás, artesanos, comerciantes, campesinos, etc.). La religión siempre cumplió la tarea de justificar las desigualdades.

El grado de cierre normativo de los estamentos variaba: en las primeras fases del feudalismo había ciertas oportunidades de movilidad social (un campesino muy inteligente podía llegar a ocupar una posición religiosa alta), pero en las últimas fases del feudalismo los rangos se hicieron más rígidos. La posición hereditaria se convirtió en norma y predominó la adscripción. Se prohibió el matrimonio entre miembros de estamentos diferentes, asegurando así el cierre hereditario.

Clase

La revolución industrial configuró finalmente un nuevo sistema de estratificación que denominamos sistema de clases. Aunque podamos identificar un tipo ideal de sistema de clases, hay mayor variedad dentro de este tipo que en los demás.

Uno de los aspectos más importantes de las sociedades de clases es que su base económica es industrial (por contraste con la agraria). Las nuevas sociedades industriales requerían un sistema diferente de estratificación para poder expandirse y prosperar.

Se requería un sistema de estratificación que permitiera que, al menos en cierta medida, la ubicación de clase dependiera más de la capacidad o del mérito que de los criterios adscriptivos de los sistemas de estratificación anteriores.

En el sistema de clases, en teoría, existe igualdad de oportunidades o libre competencia: se piensa que los más capaces recibirán mayores y mejores recompensas. El nivel real de desigualdad entre las élites y la población general es menor en comparación con anteriores tipos ideales de sistemas de estratificación. Consideremos que la mayoría de la población general está mejor, al menos desde el punto de vista material. No obstante, la desigualdad está creciendo de nuevo en muchas sociedades industriales a raíz de los cambios en el sistema mundial.

Todos los sistemas de estratificación tienen que convencer a los menos favorecidos de la sociedad de que su posición baja es de alguna manera justa o adecuada. En las sociedades de clases las desigualdades se justifican principalmente por medio de la ideología de la igualdad de oportunidades.

Hasta cierto punto, esta ideología se ha institucionalizado mediante el sistema legal: tenemos leyes diseñadas para fomentar la libre competencia, para promover la igualdad de acceso a la educación, etc. Pero estas leyes son en parte un aspecto de la legitimación de la desigualdad y a menudo se eluden cuando se llevan a la práctica.

En los sistemas de clases tempranos la forma de desigualdad más importante era económica. Sin embargo, hoy en día el predominio de las desigualdades económicas se ha debilitado. En las sociedades posindustriales o avanzadas las desigualdades económicas no son tan importantes como las desigualdades de poder burocrático. Las posiciones más altas en las burocracias públicas y las grandes corporaciones son las formas más importantes de la superioridad de clase en estas sociedades.

Durante casi toda la historia de su existencia, los seres humanos han sobrevivido fundamentalmente con lo que hoy se denomina el modo de producción de caza y recolección.

Aunque las variaciones geográficas y ambientales ayudaron a producir muchas diferencias entre estas tribus comunales primitivas, encontramos una característica bastante común: una cuasi igualdad.

En ocasiones se encuentran desigualdades de poder e influencia en la tribu, pero el nivel de estas desigualdades tiende a ser muy bajo. Y cuando las hay, se basan, por lo general, en el prestigio o en el status.

Debido a su nivel tecnológico estas tribus son, por lo general, nómadas o seminómadas. Las fuentes de alimento en su entorno suelen reducirse con el tiempo, por lo que se ven obligados a trasladarse. El tamaño máximo de la tribu está muy relacionado con su nivel tecnológico.

Podemos encontrar otras características que influyen en el grado y en el tipo de desigualdad social:
  1. Respecto a la cooperación frente al conflicto, la evidencia general sugiere que, sobre todo para la caza, la cooperación es alta.
  2. De la recolección cooperativa de alimentos se deriva la necesidad de compartir. Simplemente tenía sentido trabajar en común y compartir porque, a la larga, todos se beneficiaban de ello.
  3. La creciente complejidad de la vida en la sabana africana propició un sistema nervioso cada vez más complejo; y cuanto mayor es el cerebro de un primate, más despacio madura. Las madres se veían forzadas a entregarse a sus hijos durante períodos de tiempo cada vez más largos. Se desarrolló así una división del trabajo basada en el sexo, según la cual los hombres se dedicaban a la caza y las mujeres cuidaban a los hijos y recogían los alimentos que se encontraban en las proximidades del hogar. Por sí sola, la división del trabajo no necesariamente implica desigualdad social, pero era el cazador hábil quien recibía el mayor honor.
  4. La desigualdad relacionada con la edad es también un rasgo bastante común de las tribus comunales primitivas. De nuevo, este ordenamiento de status se basa principalmente en la destreza para la caza.
  5. Por último, muchas tribus comunales primitivas tienen líderes que suelen ser jefes o hechiceros. Su status de liderazgo se basa en la destreza, en su habilidad para contar historias, celebrar rituales religiosos, etc. A diferencia de lo que sucede en la mayoría de las sociedades posteriores, los vástagos no tienen asegurada la posición de sus padres en un sistema de estratificación.
El temprano cambio social

Ya hemos visto que en la tribu comunal primitiva los métodos de producción de alimentos requerían la mayor parte de la energía y la atención diarias de los miembros de la tribu. No había tiempo, ni energía ni incentivos para el avance.

Pero el aumento del número de cazadores y recolectores hace alrededor de 10.000 ó 15.000 años impulsó a nuestros ancestros hacia un ciclo de avance tecnológico progresivo.

Es probable que el conocimiento de que las plantas podían cultivarse ya existiera; pero la presión que se deriva de tener menos tierra y más población hizo necesario que un mayor número de personas aplicara los métodos agrícolas. Cada vez más gente comenzó a abandonar las pautas nómadas de la caza y la recolección. Los que no cambiaron no lograron sobrevivir en aquellas zonas tan pobladas. Había llegado la revolución neolítica.

La revolución neolítica

La mayoría de los científicos sociales considera la revolución neolítica como el primer acontecimiento importante de la evolución de las sociedades humanas. Los cambios se produjeron en un dilatado espacio de tiempo (alrededor de 5.000 años).

Al principio, la gente vivía en tribus pequeñas, alternando las tareas agrícolas con los antiguos métodos de la caza y la recolección. Su nivel de producción de alimentos era bajo. Pero se produjo al menos un excedente de alimentos que liberó a algunas personas de dedicar todo su tiempo a producir comida.

Aparecieron los artesanos, una pequeña clase comercial y, lo que es más importante, líderes políticos y religiosos. Pero todavía no hallamos grandes diferencias de riqueza y poder. El status continuó siendo la principal forma de desigualdad.

Sin embargo, con el transcurso del tiempo, sobre todo en las áreas más pobladas los métodos de la caza y la recolección dieron paso a la agricultura a tiempo completo. La población aumentó rápidamente, y este aumento relativamente rápido generó otros cambios en las sociedades humanas.

Algunos datos sobre los primeros miles de años de desarrollo agrícola ya nos muestran que existía una desigualdad social creciente.

Los dos tipos principales de evidencia arqueológica que nos conciernen son las prácticas de enterramientos y las estructuras de las viviendas. Algunos cementerios antiguos tienen tres o cuatro clases distintas de tumbas. Algunas contienen bienes valiosos, mientras otras no contienen nada salvo el cadáver. Y es razonable inferir de ello que estas divisiones corresponden a la existencia de diferentes clases sociales y económicas.

Con respecto a las viviendas, encontramos aldeas con multitud de casas simples, pero en el centro las viviendas familiares solían ser más grandes y estar mejor construidas.

La religión se convirtió en la base más importante de las desigualdades estructuradas en estas primeras sociedades agrícolas. Esta base religiosa de la desigualdad fue dando paulatinamente paso a la aparición de poderosas élites políticas laicas en las sociedades agrícolas avanzadas.

Hace cerca de 5.000 años encontramos evidencia de la existencia de asentamientos agrícolas más estables capaces de mantener a una cantidad mucho mayor de personas.

Por aquel entonces aparecieron de forma independiente muchas ciudades. Las excavaciones han mostrado que con los años aumentaron los niveles de desigualdad entre sus habitantes. Una base importante de desigualdad era la esclavitud, aunque claramente la religión era la más importante. También es probable que algunas familias o grupos ascendieran a posiciones de riqueza sobre la base de su éxito en la agricultura.

En algunos asentamientos agrícolas encontramos la temprana aparición de lo que Marx denominó “el modo de producción asiático”. Como el riego requería una forma superior de organización social apareció algo similar a una élite estatal para hacerse cargo de los proyectos comunes, como los sistemas de riego, dando lugar a una forma de organización social diferente a la del feudalismo.

Un número cada vez mayor de las élites de las ciudades competían por personal, tierra y otros recursos. Aumentó así el conflicto militar.

A medida que fueron creciendo los conflictos militares, empezó a arraigar lentamente un nuevo tipo de desigualdad: la esclavitud.

Cuando los métodos de producción de alimentos avanzaron hasta el punto en el que una persona podía producir excedente, comenzó a desarrollarse la esclavitud. Pero el factor definitivo en su desarrollo fue el poder militar. El poder militar era necesario tanto para mantener esclavos como para conseguirlos.

Y otra forma más de desigualdad merece mención. En la mayoría de las tribus agrícolas el status de las mujeres era muy bajo: con el desarrollo de la agricultura había más trabajos que podían realizar las mujeres al tiempo que criaban a sus hijos. Además, el status alto del cazador fue sustituido por el status alto del guerrero.

Los asentamientos agrícolas y las primeras ciudades existieron en diferentes períodos de tiempo en casi todo el mundo. En las Américas estas condiciones surgieron más tarde, hace alrededor de 3.000 años.

En estas primeras ciudades americanas existían formas de desigualdad más o menos similares a las de las primeras ciudades en otras partes del mundo.

Tanto los datos arqueológicos, como los estudios de las sociedades humanas vivas muestran que el primer gran salto de nivel de la desigualdad humana se produjo en esta fase del desarrollo económico. La desigualdad continuó aumentando en las sociedades agrarias más desarrolladas, pero la magnitud del aumento nunca fue tan grande.

Los antiguos imperios agrarios

Los primeros asentamientos agrícolas fueron expandiendo su base económica y tecnológica. Pero lo que hizo que surgieran los imperios fue la organización del Estado y el poder militar junto a medios más rápidos de transporte y comunicación que extendieron ese poder a áreas mayores.

Los imperios agrarios empezaron a existir hace alrededor de 5.000 años en lugares como Egipto y China. De todos, el Imperio Romano fue uno de los más poderosos y uno de los últimos en desaparecer. Los años que siguieron a su derrumbe fueron un período de estancamiento y decadencia en la mayor parte del mundo avanzado, hasta que aparecieron en Europa los nuevos Estados feudales de la Edad Media.

Los imperios romano y egipcio experimentaron períodos iniciales de menor desigualdad y cierta democracia. Sin embargo, todas estas sociedades padecían un estado de guerra crónico y la esclavitud solía ser muy importante para sus economías.

Los antiguos imperios agrícolas solían tener gobiernos centralizados con élites políticas y religiosas dirigentes que disponían de un amplio control político y económico. La producción agrícola que mantenía a estas sociedades más complejas hubo de ser necesariamente más eficiente desde el punto de vista tecnológico.

Durante este período las sociedades humanas alcanzaron un nivel alto de desigualdad. En la cima de la jerarquía de la riqueza y el poder se situaba una pequeña clase dirigente.
Las desigualdades estructuradas y las divisiones jerárquicas no siempre fueron totalmente rígidas, existiendo al menos la posibilidad de movilidad social.
La desigualdad en el Imperio Romano

La República de Roma empezó a adquirir poder alrededor de 300 años antes del nacimiento de Cristo. Durante este período se llamó República porque en sus primeros años hubo, al menos, cierta democracia y el nivel de desigualdad era bajo. Pero bajo el mandato de Julio Cesar, la República se convirtió en una dictadura para ya no dejar de serlo. La razón general que se ha dado para explicar ese cambio apunta al aumento de una desigualdad extrema.

La economía de Roma era bastante variada. Pero siguió siendo muy dependiente de la agricultura. La agricultura se orientó, en lo fundamental, hacia el intercambio comercial más que hacia el consumo local.

En la cima del sistema de estratificación estaban las órdenes senatorial y de los équites, siendo la riqueza uno de los requisitos más importante para ser miembro de estas órdenes aristocráticas.

En el polo opuesto, la vida para las masas era muy dura. No sólo eran duras las condiciones materiales sino que, además, las masas eran despreciadas por los ricos y obligadas a mostrar una deferencia degradante hacia sus “superiores” sociales.

En Roma existía cierta movilidad social, pero era poco frecuente. Entre las órdenes más bajas cundió la rebelión, que forzó la introducción de reformas sociales, reduciéndose el nivel de desigualdad. Pero estas reformas no duraron, pues en poco tiempo se anularon y la desigualdad y la explotación alcanzaron unos niveles incluso más altos que antes.

La rebelión, los disturbios y las revueltas campesinas surgían cuando las órdenes sociales bajas se topaban con injusticias extremas. Estas rebeliones no siempre fracasaban en su intento, pero lo típico es que una vez logradas las reformas, gradualmente se anulen y se regrese al status quo.

En el Imperio Romano el vehículo de la creciente represión fue el desarrollo de una potente burocracia estatal, mantenida incluso en épocas de dificultades económicas.

Roma se desmoronó y cayó hacia el 500 d. de C. La ira y alineación de las masas generaron una escasa disposición a defender el país, y las incursiones de enemigos no solían encontrar resistencia por parte del pueblo llano.

Las desigualdades de riqueza y poder no siempre encuentran una resistencia fuerte en las clases bajas. Un sistema de estratificación es, por naturaleza, un conjunto de instituciones que sirve para mantener las desigualdades de clase, status y poder.

Sin embargo, cuando se dan niveles muy altos de desigualdad y muy limitados de movilidad social suele ser difícil mantener el status quo.

Sociedades agrarias tardías

Con el aumento de las conquistas de los nómadas alrededor del 500 d. de C., la mayoría de los antiguos imperios agrarios entraron en decadencia. En Occidente la gente se unió para protegerse y formar pequeños asentamientos muy semejantes a los de las primeras sociedades agrícolas. Oriente y los países del Imperio Islámico escapan a esta decadencia.

Pero alrededor del 1.000 ó 1.200 d. de C., comenzaron a progresar los avances tecnológicos y la organización sociopolítica en todo Occidente. Se inició el período clásico de las sociedades feudales o estamentales, y con estas nuevas sociedades volvieron a surgir las desigualdades extremas.

Según Bloch, el período feudal europeo se debe dividir en dos etapas. En la primera etapa, antes del 1.200 d. de C., la estratificación social estaba menos institucionalizada; las desigualdades de poder y riqueza se justificaban por la tradición y la costumbre. En una segunda etapa, hacia 1.200 d. de C., la desigualdad había aumentado y el sistema de estratificación social más informal se vio amenazado.

Antes de 1.200 d. de C. En Europa había, por lo menos, tres modos diferentes de producción agrícola y tres formas correspondientes de organización social:
  • El modo pastoral sedentario, que implicaba la existencia de hogares autosuficientes y en donde había mucha más independencia e igualdad.
  • Un modo de producción basado en el comercio de pequeñas mercancías, orientado al comercio y a las ciudades, y en donde había un nivel de movilidad social más alto y divisiones de clase menos rígidas.
  • En otras zonas de Europa predominaba el modo feudal. A diferencia de otros modos de producción, el gran tamaño de las unidades de tierra no variaba con el paso de los años. A resultas de ello, la producción aumentó y se produjo un mayor excedente. Como era más eficaz, el modo feudal se impuso finalmente en toda Europa.
El aumento de riqueza y poder de algunos terratenientes les permitió dominar a otros terratenientes. Surgió así una nobleza más poderosa y rica, lo que generó mayores niveles de desigualdad. Estas desigualdades se solidificaron aún más hacia el 1.300 d. de C. Con la aparición de los estados “modernos”.

El Estado moderno se desarrolló en las zonas feudales de Europa donde la nobleza experimentó las amenazas a sus privilegios. Amenazas de revueltas campesinas y del creciente poder de la clase comercial.

Aunque la Iglesia y la nobleza solían coexistir en una relación en cierto modo difícil, tendían a cooperar para fortalecer y reforzar su posición por encima del tercer estado.

La clase de los sacerdotes era extremadamente rica. Su fuente más importante de riqueza durante este período fue la propiedad de la tierra.

El clero estaba en sí mismo muy estratificado. El alto clero solía ser reclutado entre los nobles o la clase gobernante y disfrutaba de un estilo de vida similar al de aquellos. En cambio, el bajo clero era reclutado entre el pueblo llano. La tarea del bajo clero era servir al pueblo llano y vigilarlo en nombre de la iglesia y la nobleza.

El núcleo principal de la riqueza y el poder se encontraba en la nobleza, y cuando aparecieron estados más poderosos, en el rey sobre todo.

A pesar de su reducido tamaño, era la nobleza la que poseía la mayor parte de la riqueza. En comparación con la enorme riqueza del primer y segundo estado, los plebeyos solían vivir en la pobreza más extrema.

En esta época los centros importantes de poder tenían sus representantes en las pequeñas poblaciones. La representación de la nobleza era el bayle, que recaudaba las rentas, los impuestos y otros derechos señoriales; el representante del primer estado era el párroco. En períodos de estabilidad, el pueblo podía ignorar o tolerar a estos centros de poder.

La nobleza y los líderes religiosos estaban obligados por tradición o por ley a respetar los limitados derechos y la propiedad del pueblo. Pero dado el poder y la riqueza que tenían esas élites, podían ignorar la ley con facilidad.

Especialmente en tiempos “difíciles” para la clase dominante, gravaban más a los plebeyos o les exigían un excedente de producción mayor. Y también sucedía a veces que expulsaban a la gente de las tierras en momentos de cambio y los dejaban sin nada.

La caída del feudalismo y el nacimiento de las sociedades industriales

La caída del sistema feudal fue un proceso de cambio complejo que varió en cada nación. El momento en el que se produjo el cambio en cada nación y el resultado de la caída del feudalismo están relacionados con la competencia internacional en el sistema mundial y con los previos alineamientos de clase en cada nación.

El ciclo del perfeccionamiento de los métodos agrícolas continuó durante la época feudal. Por otra parte, en Europa hacia el siglo xvi arraigó un nuevo sistema industrial de producción que llegaría a cambiar la naturaleza de la sociedad quizá con mayor rapidez que nunca.

Estos cambios provocaron el conflicto entre tres actores principales: 1) la vieja nobleza o aristocracia cuya influencia dependía de la propiedad de la tierra; 2)la élite política cuya posición dependía de la enorme burocracia estatal; y 3) una clase cada vez más poderosa de comerciantes que dependía del nuevo sistema industrial de producción. El pueblo llano representó también su papel, pero solían hacer el papel de peones.

En lugares como China y la India este cambio se produjo más despacio, quizás porque en estos países el modo de producción agrícola no era exactamente feudal, sino asiático.

Debido a que la propiedad privada de la tierra estaba menos extendida y las élites políticas dominaban a los nuevos comerciantes urbanos, el modo de producción asiático fue más estable, duró más y retrasó la industrialización.

Otro factor a tener en cuenta para comprender estos cambios es el desarrollo, en el siglo XVI, de un sistema económico mundial que impulsó a las naciones más poderosas al conflicto en la economía mundial. Portugal y España fueron las primeras naciones que enviaron barcos por todo el mundo para explotar las riquezas, aunque no llegaron a convertirse en potencias capitalistas industriales debido a sus anticuados sistemas políticos.

Los Países Bajos fueron los primeros en convertirse en una nación dominante en el marco de este moderno sistema mundial debido, en buena medida, a que fueron los primeros en realizar una revolución burguesa que en la década de 1.560 abatió el viejo estado. Inglaterra también llegó a ser una nación dominante en el moderno sistema mundial tras el declive de los holandeses.

En otras naciones como Francia la vieja nobleza tuvo más fuerza durante un período más largo de tiempo. Pero finalmente la crisis política y económica desembocó en una revolución violenta y la clase de los comerciantes (o burguesía) se erigió como clase dominante.

En las sociedades que avanzaban con menor rapidez, como en China y Rusia, la crisis política y económica siguió una línea ligeramente diferente. A raíz de la revolución violenta surgieron burocracias estatales autoritarias que condujeron al socialismo de Estado.

En resumen, se desarrollaron nuevas sociedades industriales, capitalistas y socialistas, con toda suerte de tipos intermedios entre ellas. A pesar de sus diferencias en cuanto a ideología política, grados de democracia y niveles de desigualdad, la nueva tecnología industrial y la organización social que surgió impusieron límites generales al tipo de sistema de estratificación que podía existir.

La reducción de la desigualdad en las sociedades industriales y posindustriales

La historia de las sociedades humanas puede verse como una historia de crecientes desigualdades. Mientras que la vida del pueblo llano mejoró sólo un poco, la riqueza y el poder de las élites se multiplicó con rapidez.

En las sociedades industriales maduras esa tendencia ha cambiado. Sigue existiendo un gran nivel de desigualdad de todo tipo, pero la población general ha logrado finalmente beneficiarse de la revolución asociada al aumento del rendimiento de los sistemas cada vez más avanzados de producción económica. Naturalmente hay excepciones. Y no olvidemos que también han mejorado las élites.

Podemos de momento enunciar algunas de las razones de esta inversión de la tendencia histórica hacia una creciente desigualdad.
  1. La complejidad de la tecnología de las máquinas y de las organizaciones impide que ningún individuo, ni siquiera un pequeño grupo de individuos posea el conocimiento necesario para gobernar la gran empresa industrial. De manera que las élites han tenido que hacer concesiones en su autoridad en beneficio de la eficiencia.
  2. Conceder a las clases bajas más excedente económico ha elevado la productividad, pues una clase obrera es menos hostil si recibe más beneficios personales de la expansión de la producción industrial. Además, si la población general no tuviera dinero para comprar bienes más allá de los productos básicos, sería muy difícil que las élites consiguieran aumentar sus beneficios.
  3. Un rápido aumento de los bienes materiales y la riqueza alcanza pronto el nivel de utilidad marginal. Las élites pueden estar dispuestas a hacer ciertas concesiones económicas en una economía muy productiva y expansiva para reducir los peligros de la revolución y granjearles algún grado de respeto por parte de las clases bajas.
  4. También es importante la reducida tasa de crecimiento demográfico de las sociedades industriales. Cuando la producción crece y la población se mantiene estable, hay mucho más para dividir entre las élites y las masas.
  5. El sistema industrial requiere mucho más conocimiento y cualificación . Una clase pobre e ignorante no sería útil en la sociedad de hoy, y por tanto, hay que hacer concesiones para estar seguro de que se cuenta con una fuerza de trabajo más cualificada.
  6. Para convertirse en la clase elitista, la nueva clase de comerciantes necesitó de la ayuda de las masas, lo que la obligó a hacer concesiones políticas democráticas.
  7. Con el creciente conflicto internacional y el desarrollo de la guerra total, las élites no pueden permitirse perder la lealtad de la población. De modo que hay que hacer concesiones para que las sociedades industriales sobrevivan.
Por último, mientras el nivel de desigualdad en las naciones industriales es menor, la desigualdad a escala mundial está creciendo rápidamente. Ambas cosas pueden estar relacionadas. La mayoría de los empleos peor pagados están en las naciones menos desarrolladas, mientras las sociedades industriales avanzadas se benefician de los empleos de alta tecnología y gran remuneración.

Conclusión: la historia de la desigualdad

Según Lenski, el nivel de desigualdad en una sociedad dada guarda relación con: 1) el nivel de la tecnología, y 2) la cantidad de bienes excedentes que produce esa sociedad. Cuanto más alto es el nivel de la tecnología, mayor es la cantidad de bienes excedentes y servicios producida.

Con un nivel tecnológico bajo y, por lo tanto, escaso o nulo excedente, nadie tendrá el poder de dominar los recursos de la sociedad. A medida que avanza la tecnología y se produce más excedente, las élites encontrarán los medios para dominar dicho excedente de bienes. Por lo general, el nivel de desigualdad aumenta con el avance tecnológico.

En las primeras sociedades cazadoras y recolectoras el excedente de producción de alimentos y otros bienes solía ser pequeño. Con la aparición de los métodos agrícolas de producción de alimentos, el escenario ya estaba preparado para que los niveles de desigualdad comenzaran a aumentar sin cesar. Con los métodos más avanzados de producción de alimentos hallamos otro salto más en el nivel de la desigualdad. La tendencia comenzó a invertirse ligeramente sólo tras la Revolución Industrial.

Es necesario matizar el hecho de que no existe una única trayectoria de evolución social que hayan seguido, o vayan a seguir, todas las sociedades. Existe sólo una tendencia muy general hacia sociedades más complejas y tecnológicamente más avanzadas.

Además, debemos rechazar un único modelo lineal de evolución social que considera que todas las sociedades siguen una trayectoria de desarrollo semejante.

La existencia de la desigualdad y el conflicto por los recursos escasos es lo que hace necesaria la estratificación social. Sin un sistema de estratificación social existiría un conflicto abierto y una perpetua agresión por la distribución de los recursos escasos.
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